¡Buenos días! Hoy me gustaría hablar de un estudio reciente que sugiere que una reducción gradual de azúcar en los refrescos podría contribuir a reducir los niveles de obesidad y diabetes que existen hoy en día.
El sistema de Salud Pública de Inglaterra asegura que los niños y jóvenes del país están consumiendo 3 veces más las recomendaciones diarias en azúcaresdebido sobre todo al consumo excesivo de refrescos y otras bebidas azucaradas (incluidos los zumos). Esto, junto con otros muchos factores, está contribuyendo al aumento de los casos de obesidad y todas sus enfermedades asociadas, entre ellas la diabetes tipo 2, no sólo de Inglaterra sino de todo el planeta.
Este tipo de bebidas se vinculan con un aumento en la grasa abdominal profunda. Es posible que no se deba al azúcar per se, pero se sabe que las personas que consumen mucho azúcar añadido suelen tener unos malos hábitos alimentarios y realizar menos ejercicio físico.
Para combatir este preocupante aumento, una de las medidas que por ejemplo se han implementado en Méjico desde 2014 ha sido subir los impuestos a este tipo de bebidas. Esta medida parece que está siendo efectiva ya que se dejaron de comprar tantos refrescos y se aumentaron las ventas de otras bebidas, entre ellas el agua. Sin embargo, es posible que no vaya a ser aceptada por muchos más países debido, seguramente, a la oposición y fuerza que pueda ejercer la industria por la pérdida de ventas.
Por esta razón, un grupo de investigadores ingleses sugieren otra medida que puede sea más aceptada por la industria, se trata de una reducción del contenido en azúcar de los refrescos y otras bebidas azucaradas, concretamente el 40%, a lo largo de 5 años y sin la necesidad de añadir o reemplazarlo por edulcorantes artificiales. Con esta simple acción estiman que se pondrían prevenir en 2 décadas 1 millón de casos de obesidad, 500.000 de sobrepeso y 300.000 de diabetes tipo 2.
Que sea gradual a lo largo de 5 años tiene su explicación, el sabor dulce, como el salado, crea adicción, y tras un tiempo un alimento o plato que hasta entonces nos parecía dulce o salado deja de serlo y necesitamos una cantidad más elevada de azúcar o sal para apreciarlo. Por ello, si se reduce gradualmente el contenido en azúcar de las bebidas, nuestro paladar se irá adaptando.
Esta medida es una de tantas que se deberían implantar, es una manera de realizar un cambio positivo hacia la salud de los consumidores. Sin embargo no es la única, la publicidad tiene un importante impacto en nuestras vidas y se deberían tomar medidas también al respecto, tal como demuestra la foto.
Como última reflexión me gustaría decir, ¿qué es más importante, que las industrias se “enfaden” por posibles pérdidas o la salud de la población?
Realizado por Cristina Vallespín Escalada
Fuentes
The Lancet (Diabetes & Endocrinology)