¡Muy buenas!
Ser positivo está de moda, es más, todos vemos frases positivas a diestro y siniestro por redes sociales (a mí misma me gusta ponerlas), pero hay una línea muy delgada entre querer estar o ser positivo, y tener la obligación de estarlo. Quiero que te grabes a fuego que, no tienes la obligación de estar siempre positivo.
No nos vamos a engañar, es imposible estar siempre positivo; se puede estar más o menos positivo, o se puede tener tendencia a serlo, pero la vida es cíclica, no es lineal, y en nuestro ser convergen muchas emociones que muchas veces llamamos buenas o malas, positivas o negativas y en realidad no es cierto ya que, no hay emociones malas o buenas, todas las emociones cumplen su función y tienen un cometido, al igual que nos ayudan a conocernos mejor, a tomar las mejores decisiones y, en definitiva, todas son necesarias para nuestro crecimiento personal.
A mí por ejemplo, me consideran una persona muy positiva, y en parte es cierto, intento ver el lado bueno de las cosas y ver el vaso medio lleno, no medio vacío. Pero eso no significa que, siempre tenga alegría y positividad. Como todo ser humano, tengo mis momentos bajos de tristeza, mis miedos, etc, y cuando estos hacen acto de presencia no me obligo a estar positiva, ni me siento culpable por no estar positiva, porque cuando nos vemos en la obligación de huir de las emociones menos agradables en vez de aceptarlas, tendremos un alto sentimiento de frustración.
Si pretendemos ser o estar siempre positivos, estaremos no aceptando, es decir, negando nuestras emociones y esta actitud tiene consecuencias más graves que el simple hecho de no estar positivo. Cuando no aceptamos nuestras emociones y no las gestionamos de la manera adecuada, se van somatizando en el cuerpo y con el tiempo generan dolencias, enfermedades, ansiedad y depresión.
ES IMPORTANTE GESTIONAR LAS EMOCIONES DE FORMA ADECUADA
En realidad, lo que sucede, o la tendencia habitual cuando se tiene una emoción desagradable, es negarla, huir, luchamos contra esa emoción porque no nos gusta, no nos sentimos bien, pero tenemos que recordar que está ahí para algo, precisamente para que la gestionemos y la trascendamos para conseguir bienestar. Si damos la espalda a esa emoción a la larga nos generará más malestar que otra cosa.
Cuando tengamos una emoción que no nos agrada, identifiquémosla, preguntémonos que estamos sintiendo y qué nos quiere decir dicha emoción, qué podemos hacer o pensar para cambiar esa emoción, de esta forma la estamos aceptando en su totalidad y la estamos gestionando de forma adecuada.
Todas las emociones nos quieren decir algo, pero tenemos que pararnos y hacer introspección. Por ejemplo, la tristeza nos informa de una pérdida que es importante para nosotros. El miedo te avisa de algún peligro para nosotros. Nadie mejor que nosotros para saber que nos quieren decir nuestras emociones.
Pero cuando digo que no estás obligado a estar positivo,
¿Quiero decir que no tenemos que intentar estar positivos?
No, no quiero decir eso exactamente. Está genial estar positivo, pero que cuando estemos tristes, permitirnos estarlo y, no nos sintamos culpables por ello. Aceptar la emoción y gestionarla, y poco a poco irán apareciendo emociones más agradables e irá floreciendo esa positividad.
Recuerda, no forzar, dejar fluir, recordando que la vida es cíclica, que existe la noche y existe el día, y las dos cumplen su función al igual que las emociones.
Nos leemos en el próximo post.
¡Un abrazo gigante y feliz semana!
P.D: Este articulo ha sido publicado en mi blog de crecimiento personal.