Vengo observando a mi alrededor una preocupante falta de compromiso. Pero no de ese compromiso que se adquiere con los demás por obligación. Porque lo dicen la normas, porque es lo que hay que hacer.
Lo que me trae loca es observar la falta de compromiso que tenemos con nosotras mismas. En mi profesión puedo ver muchas personas que “dicen querer algo”; mejorar su imagen, bajar de peso, sentirse mejor con ellas mismas, tener más vitalidad, más autoestima. Pero luego, es increíble la falta de lealtad a sí mismas, la absoluta desidia en perseguir sus objetivos, es como si viviéramos tiempos en los que es fácil pronunciarse en los deseos, pero en los que nadie tuviéra ya lo que hay que tener para conseguirlos.
Ponerse en marcha, dar los primeros pasos
Me deja muy sorprendida.
Sería fácil echar la culpa al signo de los tiempos, donde se han perdido valores como la capacidad de sacrificio, el tiempo que se necesita para ver resultados, etc… pero creo que va más allá. Pienso que, en el fondo, no nos creemos que podemos conseguirlo. Ni con ayuda ni sin ella. Tenemos una absoluta falta de fe en nosotras. No hay motivación.
¿Y cómo se reconstruye la fe?
Dando el primer paso. Solamente eso. Poniéndonos en movimiento. Hoy un pasito, mañana otro pasito…el objetivo puede parecer lejano en el horizonte pero nuestra voluntad tiene que ir cosida a esos pasitos diarios sin pararnos a pensar en el largo plazo. ¿Qué tengo que hacer hoy que me acerca un poco más a lo que quiero? Y hacerlo… sin preguntar, sin cuestionarnos, sin dar vueltas a la cabeza. Hacerlo sin más.
En el camino, en algún punto, va a volver la fe, pero ésta te tiene que encontrar dando ya los pasos (tu fe necesita fiarse de ti, tanto que la has niguneado en el pasado, no esperes que te venga por ciencia infusa). Tienes que poner en marcha el motor primero. No te cuestiones, solo haz.
Quería dejarte esta reflexión matutina ya que las principales cosas que he conseguido en mi vida han sido a base de esta sencilla fórmula:
Fijo un objetivo (por ejemplo, perder 5 kilos),
me pongo en acción, cada día un paso (si necesito ayuda la pido),
me doy cuenta que cada día aporto un granito de arena que me acerca a mi meta,
empiezo a sentirme mejor conmigo misma (aunque haya obstáculos o recaídas) y lo celebro (en este punto ya está volviendo tu fe)
sigo con constancia y sacrificio
Llega el día en que he conseguido mi meta, la fe ha vuelto.
¿Y sabes lo mejor? Que una vez que lo he hecho una vez, la segunda vez que me planteo cualquier otro objetivo, voy a tener más fuerza, más autoestima y si esto lo repito muchas veces, llegará un día en que tendré una absoluta sensación de poder y de control sobre mi vida (aunque ésta se encargue de ponérmelo difícil a veces). Es como coger las riendas de nuevo. Es una sensación indescriptible.
Lo único que necesito es tomar una decisión, en este mismo momento, AHORA, sin excusas, sin coartadas…. hoy si, comienzo hoy.
¿Tu objetivo para este verano tiene que ver con la “operación bikini” otra vez?
Tenemos algo que proponerte.
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El post ¿No consigues tus objetivos? es original de Comienzo hoy, escuela de vida.