En cuestión de alimentación existe una creencia popular acerca de ciertos alimentos, que nos ayudan a equilibrar y mantener nuestra salud óptima. Los alimentos integrales gozan de una buena publicidad, las grandes marcas se aprovechan de estas creencias para vender sus productos integrales como equilibrados y saludables. Pero no siempre esto es así, lo integral no tiene porque ser siempre beneficioso.
Asociamos lo integral con lo sano, con adelgazar y con una dieta equilibrada. Encontramos muchas afirmaciones que indican que estos alimentos son importantes e imprescindibles en nuestra dieta. Aunque su consumo, es cierto que puede ser beneficioso para la salud, no todo lo que se dice acerca de los alimentos integrales es cierto, como veremos a lo largo de este texto.
Sobre los alimentos siempre encontramos todo tipo de mitos, que nos hemos creído sin habernos informado ni haberlos cuestionado antes. Muchos de estos mitos realmente nos perjudican ya que tenemos unas expectativas puestas acerca de algo que realmente no sirve para lo que pensábamos, ni tiene tantos beneficios como esperábamos, en incluso en algunos casos es contraproducente.
A continuación te desvelaremos algunas de las falsas creencias que se han popularizado acerca de los alimentos integrales. Estas creencias están basadas en la publicidad y en una mala información. Por eso te recomendamos que prestes atención a lo que te indicaremos a continuación acerca de los alimentos integrales, para que tomes consciencia sobre para lo que realmente sirven y en qué te benefician.
Principales mitos sobre los alimentos integrales
Como comentábamos anteriormente hay ciertas creencias que no nos hemos ni cuestionado acerca de los alimentos integrales. Estos pensamientos no están basado en una información objetiva, sino más bien en lo que nos quieren vender a través de la publicidad. Estos son algunos de los principales mitos de los que debemos desprendernos sobre este tipo de alimentos que la mayoría de nosotros consumimos.
“Lo light también es integral”
Tanto light como integral son dos conceptos que habitualmente encontramos juntos. En determinados alimentos dietéticos van asociados y se ofrecen como un producto para la pérdida de peso. Aunque que sea light no significa que sea integral, y viceversa. Al buscar un alimento debemos fijarnos bien en sus características, los ingredientes que tiene y su contenido en fibra.
Si vas buscando un alimento light tendrás que comprobarlo en su etiquetado. El hecho de que sea integral no te asegura en absoluto que vaya a ser light, por eso mucho ojo con lo que estés buscando, infórmate bien y no te confundas con estos dos conceptos que son diferentes el uno del otro.
“Los alimentos integrales sirven para adelgazar”
Otra de las creencias que está bastante extendida es que los alimentos integrales sirven para adelgazar. Que los alimentos de origen integral adelgazan es un falso mito. Esta creencia puede llegar a ser incluso contraproducente, si creyendo esto comes más cantidad de alimentos integrales, no solo no vas a adelgazar, sino que incluso corres el riesgo de padecer obesidad.
Incorporar demasiada fibra en nuestra dieta en un corto espacio de tiempo de forma repentina, puede generarnos problemas estomacales, y a largo plazo puede derivar en un aumento considerable de peso.
“Los alimentos integrales solo aportan fibra”
Los alimentos integrales no solo aportan fibra, contienen una gran cantidad de nutrientes dependiendo del cereal que estemos comiendo, ya sea avena, maíz, quinoa, trigo integral, etc. Cada alimento integral nos aporta unos nutrientes y vitaminas, también aportándonos minerales…
“Los alimentos integrales son bajos en kilocalorías”
Los alimentos a pesar de ser integrales y gozar de una buena imagen para la salud, no tienen menos kilocalorías que los refinados. De hecho, en algunos casos, incluso tienen más kilocalorías. Por lo que desprenderse de esta creencia es algo fundamental, no podemos asociar el alimento integral a el consumo bajo de kilocalorías.
Estos alimentos por el hecho de ser integrales lo que si contienen de forma íntegra es su riqueza en vitaminas y nutrientes. Teniendo de esta manera un mayor valor nutritivo que los alimentos refinados, como puede ser el caso del azúcar de caña integral en comparación con el azúcar blanca refinada.
“El pan integral engorda menos que el pan blanco”
Otro mito importante de los que hay que desprenderse. Como hemos dicho anteriormente los alimentos integrales no ayudan a adelgazar, ni tienen menos kilocalorías por el hecho de ser integrales. En el caso del pan sucede lo mismo. El pan integral no es mejor que el pan blanco ni aporta menos kilocalorías. Simplemente tendría diferentes nutrientes que conlleva el pan integral, aportando incluso más kilocalorías a nuestro organismo.
“Los alimentos con fibra agregada son integrales”
Las grandes marcas nos ofrecen muchos panes y galletas como “integrales”, cuando en realidad están hechos con harina de trigo refinada. Se le agrega luego la cáscara del cereal integrando así la fibra, sin embargo, esto no hace que un alimento sea integral, ya que siguen faltando muchos nutrientes del cereal en cuestión.
“Solo los cereales son alimentos integrales”
Se asocia directamente lo integral con los cereales, ya que la principal fuente de los productos integrales suelen ser el trigo, arroz,la cebada y el maíz. La realidad es que se consideran alimentos integrales a los que se encuentran en su estado original, antes de pasar por el proceso de refinación (que reduce hasta en un 80% su valor nutritivo). Por lo que podríamos incluir como alimentos integrales: legumbres, semillas, frutas, verduras, etc.
RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.
Además, para cuidar nuestra mente, existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.