La avena es un complemento perfecto en una dieta proteica o en cualquier alimentación puesto que posee unas propiedades muy buenas para nuestro organismo.
La avena es una de las mejores proteínas vegetales y a representado buena parte de la alimentación en los pueblos como es el caso de las poblaciones en Escocia o Irlanda siendo la base de esta en estos y algunos otros países.
Cuando se procesa la avena en su proceso de transformación no se pierde ninguna propiedad y el proceso solo se limita al aplastamiento del grano de avena.
La avena podemos prepararla prácticamente en cualquier comida, ya que la podemos comer cocida, cruda, en sopas, caldos y dándola muchos más usos.
La avena es un cereal muy bueno en épocas de frío ya que nos ayuda a subir nuestra temperatura corporal.
¿Pero de qué está compuesta la avena?
Además de estar formada por 6 aminoácidos esenciales, a parte de la proteína, está compuesta por grasas saludables y por hidratos de carbono complejos que son los de absorción lenta.
Por estas cualidades la avena no engorda y no solo eso, tomada con regularidad y acompañada de una dieta sana ayuda a bajar de peso.
La avena también es un cereal con una buena cantidad de fibra que es buena para reducir los niveles de azúcar en la sangre para ayudar en los procesos digestivos, para rebajar los niveles de colesterol dañino o para poder evitar el estreñimiento.
Esto último en una dieta proteica es muy importante, ya que la fibra no suele abundar en este tipo de alimentaciones menos balanceadas.
La avena es también rica en vitaminas como la B1, B2, o las vitaminas D y E entre otras. Además es rica en Magnesio, Fósforo, Calcio, Hierro, Zinc o Potasio.
Es una gran fuente de energía para las personas que estudian puesto que su contenido en fósforo facilita la labor cerebral. También es muy utilizada por deportistas porque mejora los niveles de energía.
La avena es recomendable para las personas con problemas de corazón, ayuda a protegerlos frente a infartos, reduce la presión arterial y ayuda a la desintoxicación de la sangre.
Volviendo a su capacidad digestiva ayuda frente a las diarreas, con las úlceras, la gastritis, los problemas hepáticos además de con el estreñimiento.
Su contenido en Calcio y otros elementos lo hace un protector de nuestra dentadura así como para fortalecer los huesos.
En las personas diabéticas reduce el nivel de azúcar en la sangre y se suele tomar en dietas de como máximo 5 días en las que se comen avena y verdura cocida.
La avena también es buena para ayudar al buen estado anímico y mental puesto que el buen contenido en vitamina B1 ayuda al funcionamiento del sistema nervioso.
En los niños, el consumo habitual de avena favorece su desarrollo intelectual y en las mujeres embarazadas o en periodos de lactancia materna ayuda al buen desarrollo del feto y a la producción de la leche materna.
También son conocidas las propiedades de la avena para tratar el hipotiroidismo puesto que ayuda a la glándula tiroides a realizar bien sus funciones.
Con todo esto la avena también tiene sus efectos secundarios, así que vamos a verlos también:
Si se consume en exceso la avena se pueden producir diarrea, producción excesiva de gases o dolores intestinales o abdominales.
En el caso de padecer problemas como inflamación u obstrucción de la vesícula, oclusión intestinal, colon irritable, osteoporosis, colitis ulcerosa o intolerancia alimentaria la avena no está recomendada.
Con todo esto, como complemento en una dieta proteica, las propiedades de la avena lo hacen ser un alimento ideal y en el caso de seguir cualquier otro tipo de alimentación, el consumo de avena es muy recomendable tal como se ha podido comprobar a lo largo del tiempo.
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