Por supuesto, el hecho de meditar es mucho más que una moda. Se ha podido comprobar de forma científica que las personas que meditan habitualmente y durante cierto tiempo, desarrollan una red neuronal en la que hay una mayor conciencia de sí mismos y del presente. Así mismo, se ha podido observar que cuando se medita y se silencia el parloteo mental se activa el area prefrontal izquierda del cerebro, la cual es la base de las emociones positivas.
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Habitualmente, en Occidente, por mucho que usemos a menudo la palabra meditación, existen ciertos malentendidos al respecto. Se cree, por ejemplo, que la meditación es solo una forma de relajación. Otras personas piensan que el hecho de meditar hace que las personas entren en una especie de trance o que se trata de una forma de auto hipnosis. La creencia más habitual es que meditar se trata de poner la mente en blanco. Pero nada de esto es verdad.
La realidad es que la meditación es una maravillosa técnica de autoobservación y alivia en gran medida la tensión a la que nos vemos sometidos en nuestra vida diaria. pero eso es solo una consecuencia y no su objetivo. La verdadera meditación se lleva a cabo elevando la conciencia por encima de nuestra realidad cotidiana consiguiendo un estado de ser diferente.
Las meditaciones budistas
Las meditaciones budistas trabajan la mente de la persona que las practica, desde su propia mente. Consiguen aumentar el grado de consciencia y ayudan a ver la naturaleza de las cosas tal y como son en realidad.Las diferentes técnicas de meditación budista se dividen en dos grupos principales. Estas se agrupan en Samatha: palabra de origen sánscrito que significa paz o tranquilidad, y en Vipassana, que pretende alcanzar visión clara, o discernimiento.
Meditación Samatha
Este tipo de meditación aquieta la mente y dirige el sentido de la conciencia. También induce a experimentar emociones positivas y amplia nuestra perspectiva. La meditación Samatha podríamos decir que es una preparación indispensable para las técnicas Vipassana que llevan a cabo los meditadores más avanzados. Sin la base Samatha no es fácil que surja la visión clara que es el objetivo de la meditación Vipassana.
Normalmente, nuestra mente se encuentra dividida y con poca concentración. Suele estar afectada por emociones negativas y puntos de vista limitados por nuestras creencias. Debido a este estado no conseguimos ver las cosas tal y como son en realidad.
Podríamos decir que el estado de conciencia habitual se puede comparar con un farol al que le comienza a fallar la bombilla, por lo que la luz que da es bastante escasa. La finalidad de la meditación Samatha sería entonces, poner una bombilla nueva a nuestro farol para poder de forma clara.
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Indicaciones para practicar la meditación Samatha:
– Comenzaremos procurando apartar las distracciones y pondremos una alarma con el tiempo de meditación, así nuestra mente no buscará excusas para salir de la meditación.
– Al principio, debemos de mantenernos firmes, no siguiendo el juego a nuestra mente cuando busque excusas para no meditar.
– También es importante ir acostumbrándose poco a poco a tiempos más largos. No debemos forzar al principio.
– La mayoría de las meditaciones budistas se hacen sentado. Aunque lo ideal sea hacerlo en el suelo, tampoco pasa nada utilizar una silla si nos resulta más cómodo. Si estamos en el suelo, las piernas estarán cruzadas o también podemos arrodillarnos.
– Las manos se colocarán sobre el regazo de forma cómoda para que no entorpezcan el proceso mental.
– La cabeza debería estar ligeramente inclinada y los ojos cerrados. La espalda siempre permanecerá recta.
– Empezaremos poniendo nuestra atención en nuestro labio superior o fosas nasales. Una vez lograda esa atención, haremos un recorrido por el resto de nuestro cuerpo poniendo toda nuestra atención en cada punto.
– Normalmente, se utiliza un objeto en el que concentrarse, puede ser la propia respiración, una vela, un mantra o una emoción positiva. El que más se usa es la respiración, transformando así un acto involuntario en un acto consciente.
Meditación Vipassana
Al comenzar la práctica de la meditación Vipassana lo más importante es establecer una calidad meditativa sólida usando alguna de las prácticas Samatha. Una vez que se consigue esta calidad, la persona dejará que su atención se enfoque en algo que represente algún aspecto de la realidad última. Este ‘símbolo’ puede ser una imagen o una palabra. Se trata de que este símbolo impregne la conciencia serena del meditador, llevándole a tener una visión clara de la verdad que el símbolo representa.Fuente: Pixabay/sciencefreak
Otra manera de llegar a Vipassana es, tras llegar a un estado meditativo, que la persona se concentre en la naturaleza de la mente o se vuelva intensamente consciente de su experiencia de cada instante, teniendo como objetivo llegar a tener una visión clara de la naturaleza de la realidad que se está experimentando.
En contra de lo que se suele pensar, este tipo de meditación no se trata de sentarse a reflexionar sobre la vida y los pensamientos. Es más bien una forma de observación de tu mente y de tu cuerpo. Según los budistas esto nos lleva a liberarnos del apego y los resentimientos que hemos acumulado a lo largo de la vida y que tanta infelicidad nos causan. Esta técnica se suele aprender en grupos y en cursos organizados y es una técnica eminentemente práctica. Estos cursos suelen dar cierta información sobre la teoría budista, pero inciden mucho en la práctica y los grandes beneficios que conlleva.
El hecho de que los monjes budistas, con muchísimas horas de meditación practicada, hayan permitido que los científicos lleven a cabo estudios ha sido de gran ayuda para entender los numerosos beneficios de estas técnicas. De hecho, gracias a estos estudios se ha considerado, por ejemplo, a Matthieu Ricard, un monje tibetano, el hombre más feliz de la tierra.
¿Por qué no acercarnos entonces a estas técnicas que tantas bondades nos regalan? Para ello podemos ayudarnos del método Crear Salud, que nos ayudará a establecer nuevos hábitos en nuestro día a día, no solo para empezar a meditar, sino para aprender a nutrirnos correctamente y llevar una vida más activa.
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