Lo confieso; yo pasé por ella. Me pareció un proceso muy revelador, descendí a los ?infiernos? y ?renací? más limpio que una patena y con más ganas de hacer cosas que nunca.
Pero no quiero contaros mi historia, sino ofreceros, a quienes estáis a punto de atravesar la barrera o lo acabáis de hacer, algunas ideas que, desde la práctica de la atención plena, os pueden venir muy bien para saber que, al fin y al cabo, ese periodo vital, en realidad, no es más que otra de las muchas trampas que los seres humanos nos empecinamos en inventarnos. ¿Por qué?, pues porque la crisis de los 40, en realidad, es una distorsión de nuestra propia percepción del tiempo. Algo así como una trampa de nuestra forma de ver y estar en la realidad. En definitiva, es un error de posicionamiento ante nuestra realidad.
¿Cuál es la clave?…Pues nuestra manía de estar constantemente viajando-saltando desde el pasado hacia el futuro, sin hacer parada y vivir en el instante en el que habitamos constantemente, que no es otro que el instante presente en el que estás ahora. El aquí y Ahora del que nos habla un autor que todos y todas conocéis bien, como es Eckhart Tolle en su ?El poder del ahora?.
En el libro ?El nuevo arte de vivir el tiempo? de Jean-Louis Servan-Schreiber, el autor nos habla de que ?vivimos a un ritmo de tres tiempos: el tiempo de la naturaleza, el de la sociedad y el vivido?, que es el nuestro propiamente dicho. Esa percepción de los distintos ?tempos? nos generan diferentes emociones.
Un cosa es que te digan que dentro de 50.000 años se apaga el sol, a que te digan que mañana tienes una reunión con unos clientes y te das cuenta que a la misma hora tienes otro compromiso, a que te digan que te quedan x meses de vida. Tres ?tempos? con diferentes respuestas emocionales y, por lo tanto, diferentes evoluciones ?psicológicas?.
¿Pero qué ocurre cuando nos instalamos justo en el instante presente en el que habitamos?. Practicando el arte de estar conscientes, de darse cuenta de cada cosa que acontece y que vives en cada momento de tu vida, el tiempo toma otra consideración. No resituamos como espectadores de una realidad posicionándonos en un mayor estado de calma-alerta que nos conduce a ser más felices y más conscientes de nuestra realidad.
Ese ?otro yo? que no para de hablarnos, tiende a aquietarse y por lo tanto a dejar más espacio a ese ?verdadero yo? único que es el de la acción?el que nos lleva a fluir.
Si andas rondando esa mítica fecha de los 40, la acabas de atravesar, o estas sumido en pleno terremoto vivencial de la ?cuarentena?, te invito a dos acciones: Ver la película de Nanni Moretti ?Aprile?, en la que hay una escena genial. En su cumpleaños, un amigo de Moretti le dice que va a cumplir años y le ofrece un metro de medir, le pregunta que cuanto quiere vivir, el amigo resta del metro la cantidad de años que tiene?y le entrega, en forma de metro, lo que le resta por vivir??Toma, es tuyo, puedes hacer con él lo que quieras? y la otra idea que te quería ofrecer, es que te sientes cómodamente en una silla, sientas los pies bien pegados a la tierra, pongas las manos sobre tus muslos, estires la columna vertebral, entornes los ojos sin llegar a cerrarlos y te quedes en silencio, al menos, durante 4 ó 5 minutos.
Cuando terminen esos minutos que hayas elegido, abre los ojos y siéntete vivo. Aquí y Ahora. Sé que no es sencillo. Necesita práctica, pero te aseguro que cuando ?pilles? la clave, los 40 te parecerán el inicio de un tiempo nuevo lleno de sabiduría vital.
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