Cuando les pregunto en consulta, que te sucede en el momento de acostarte, un gran número me responden que para ellos es un momento de mucha intimidad y de conexión interior, con ellos mismos.
Es el momento en que me hablo, me doy consejos, hago planes, revisó todo lo acaecido durante el día y entablo un gran dialogo interior conmigo mismo, recuerdo escenas vividas de alegría, y otras de desesperanza, generalmente estas últimas son las que perduran y un gran sentimiento de tristeza y solead empieza a invadir todo mi estado.
Los pensamientos empiezan a ser cada vez más y más pesados tristes y hasta deprimentes.
Algunas veces he intentado leer algún libro, mirar algunos capítulos de series, o simplemente zapear los canales de televisión, seguir algún programa de radio, con la esperanza que todo ello me libre de ese sentimiento deslumbrador de pesimismo y tristeza que me invade.
Hi siempre está ahí una duda, una preocupación constante, sobre si he actuado bien, si pude mejorar, o si en la próxima ocasión seré capaz.
Y repaso una a una las condiciones, o acciones o el que conlleve esa causa que me preocupa y como dice la frasearía popular, esa causa “no me deja dormir”.
Ya os comenté en artículos anteriores toda una serie de pasoso para afrontar la sintomatología que envuelve el insomnio.
Hoy abordaremos este otro aspecto del pensamiento obsesivo, y de la auto desvalorización, que se muestran en todo este dialogo interior expuesto.
Por un lado, una auto desvalorización que se muestra con una pertinaz obligación de estar despierto para solucionar una preocupación, obstinadamente cómo más me obligo a pensar en ello, más me auto desvalorizo.
Y dos, como más me preocupa menos me ocupo.
Ya que, al día siguiente con la fatiga acumulada por la falta de descanso, soy menos eficiente y me siento con menos fuerza y eficiencia para ocuparme de tal o cual asunto, por lo que lo sigo postergando y aplazando de semana en semana.
Siendo menos eficaz y reforzando mi auto desvalorización.
Un aspecto sobre este dialogo interior, cuando este dialogo esta desbocado le denominamos neurosis, cuando no somos capaces de encarrilar nuestros pensamientos, y ellos toman las riendas de nuestro proceso mental de razonar, valorar y sopesar.
Otro aspecto es el sentimiento deprimido y de tristeza, que conlleva todo pensamiento negativo, este está reforzado por la nocturnidad, sabemos que en horas de poca intensidad lumínica favorece la falta de producción de las denominadas endorfinas y serotoninas, las hormonas encargadas de generar los estados emocionales del bienestar, armonía y sociabilización.
Si por un lado es necesario la baja intensidad lumínica para generar la melatonina para estimular el sueño, esa misma baja intensidad lumínica, o falta de luz, también disminuyen las hormonas de la sociabilización o endorfinas.
El coctel está servido, intentar actuar diurnamente en horas nocturnas es una gran contradicción y con los mejores sentimientos conseguimos los perores resultados, conseguimos insomnio con la consiguiente fatiga crónica y el sentimiento que envuelven los estados depresivos.
Para romper con todo ello os recomiendo la prescripción de este articulo para reconciliar el sueño y el descanso nocturno.
Poner en práctica los consejos de los artículos anteriores y la higiene del sueño y para frenar ese inicio de estado obsesivo o de neurosis, os recomiendo hacer las paces.
Daros permiso para dejaros de fustigar y poder descansar.
Daros permiso para descansar, de esa forma mañana estaréis más descansados y seréis más eficaces para abordar todos los conflictos, ellos los conflictos van a estar igual, la diferencia es que si no dormís sois menos eficaces para abordarlos.
Haz las paces, haz una pausa, un descanso, un tiempo muerto, cada noche, para recuperar fuerza, haz las paces, haz un break cada noche, y al día siguiente recupera la normalidad.
Todo seguirá igual, y estarás más dispuesto para afrontarlo.
Prescripción, hago la paz.
Cada día, antes de acostarte:
Para obtener un sueño profundo y reparador.
Date permiso para dormir, haz la paz con el mundo y duerme en paz.
Yo hago la paz conmigo mismo.
Hago la paz con mis parejas, con mis hijos, hijas.
Con mis padres, y con todos aquellos que me siento en deuda y en disputa.
Hago la paz con todos ellos y con todo.
Y me permito descansar y dormir profundamente.
Yo me doy permiso para dormir.
Gracias.
Podéis seguir leyendo más artículos míos en este mismo portal sobre las técnicas y terapias que aplico en consulta.
Y recomendaros la lectura mis artículos sobre insomnio es este mismo portal.
Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.