Estos son los consejos que no deberíamos seguir por su inconsistencia científica.
-- Comer la fruta antes de la comida. Muchas personas creen que al ingerir el postre antes que el resto de alimentos nuestro cuerpo experimenta “algo” que nos evitará engordar. Según los expertos, se trata de una conducta que esa línea no actúa de ninguna manera. Da lo mismo comer la fruta antes, durante que después que el resto de platos. El orden de los factores, en este caso, no altera el producto.
-- Cenar o comer sólo fruta. Casi todos están relacionados con la fruta. Aunque sean un alimento fundamental de la dieta sana (los expertos aconsejan consumir entre dos o tres piezas al día), no se pueden convertir en su eje central. La aportación de igual medida de hidratos, lácteos y proteínas es fundamental para que nuestro cuerpo se desarrolle con normalidad.
-- Dejar de comer pan. Es otro de los mitos para perder peso. Dos cucharadas de aceite equivalen a 80 gramos de pan, o lo que es lo mismo, a una pulguita. El problema no es el pan en sí, sino lo que ponemos dentro, explica. Fiambres y queso son dos de los grandes enemigos a la hora de enfrentarse a la báscula.
-- El aceite en crudo no engorda (o por lo menos engorda menos que cocinado). El aceite es grasa y por lo tanto engorda. Da igual que esté crudo o cocinado. Contienen las mismas calorías, lo que cambia al freirlo es que puede empeorar la calidad de las grasas y hacerlas menos saludables.