La fruta de postres engorda:
La fruta, así como cualquier otro alimento, contiene el mismo número de calorías si se come antes o después de las comidas. Por lo tanto, no nos engordará, ni más ni menos según el momento en que la tomemos. El orden de la ingesta de los productos no altera el número de calorías que estos contienen.
Quizás el mito de que la fruta engorda después de las comidas se debe a que su elevado contenido en fibra confiere a la fruta poder saciante, y por lo tanto, si la comemos antes de las comidas acabaremos ingiriendo menos cantidad de alimentos y reduciremos así la ingesta calórica final. Pero cuidado, porque podemos experimentar el efecto contrario. Hay personas que relatan el hecho de que la fruta les abre el apetito.
Otra característica de la fruta es su contenido en azucares simples que aportan dulzor a los postres. Este sabor dulce, muy deseado por algunas personas al finalizar las comidas, puede satisfacernos suficientemente y reducir el deseo de tomar otros alimentos dulces como el chocolate, las galletas o otros alimentos poco nutritivos y mucho mas energéticos que la fruta. ¿Por qué no decimos entonces que la fruta de postre adelgaza?
No hay alimentos que engorden ni alimentos que adelgacen. Lo que determina nuestra composición corporal es el conjunto de nuestra alimentación y de nuestro estilo de vida. No tenemos que atribuir los problemas de sobrepeso a ningún alimento concreto y menos aún al orden en el que los tomamos.
Si tomamos la fruta en ayunas absorbemos mejor las vitaminas
Es cierto que no todo lo que ingerimos es absorbido. Algunos nutrientes interactúan entre ellos modificando sus estructuras químicas, o en el caso de la fibra, raptando nutrientes y arrastrándolos con ella hacia el intestino grueso.
Aunque este hecho explicado de forma general pueda parecer que da la razón a la teoría de que es mejor tomar la fruta en ayunas para mejorar la absorción de sus nutrientes, si matizamos mas, veremos que no tiene porqué ser así:
Algunos nutrientes modifican su estructura cuando interactúan entre ellos, pero este hecho puede ser positivo y mejorar su absorción. Es el caso del hierro inorgánico, presente en las legumbres, los frutos secos, los huevos y las verduras de hoja verde, el cual no puede absorberse si no interactúa antes con la vitamina C, presente en las frutas y hortalizas crudas. Por tanto, si añadimos fruta fresca en las comidas mejoramos la absorción del hierro.
La fibra rapta nutrientes y los arrastra con ella hacia el intestino grueso, cierto, y en el caso de la fibra soluble presente en la fruta, los nutrientes que verán disminuida su absorción son los azúcares y las grasas. Así pues, a las personas que presenten problemas de intolerancia a la glucosa o diabetes, o las que tengan el colesterol o los triglicéridos elevados en sangre, les puede ayudar tomar fruta dentro de las comidas.
La fruta durante o después de las comidas produce gases y malas digestiones
Puede ser que en algunos casos concretos de personas con digestiones difíciles, el hecho de tomar fruta en las comidas pueda causarles gases y molestias intestinales. Pero si tú no tienes este problema no tiene ningún sentido que evites tomar fruta en las comidas. No hagas tuyo un problema que es de pocos.
Así pues, mi recomendación es que tomes fruta cuando más te apetezca, en el desayuno, la comida o la cena, entre horas o de postres, acompañando ensaladas o guisos. Mejor fresca, de temporada y de proximidad. Y recuerda que la Organización Mundial de la Salud nos recomienda tomar entre 2 y 3 piezas de fruta todos los días.
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