Los efectos de ser impaciente
Si te das cuenta de que eres muy impaciente al menos puedes hacer algo para cambiarlo.
La falta de paciencia es muy habitual en nuestros días. Vamos siempre con prisas, siempre hay una excusa para ello. Si voy al trabajo, si voy a por los niños al colegio, si voy de compras, y un largo etcétera de justificaciones para ir por la vida siempre a toda prisa.
Pero ¿esta justificado este estado?
Si te observas un poco podrás darte cuenta que ir continuamente en ese estado tiene reflejos en tu cuerpo. Sensación de presión en el pecho, palpitaciones, taquicardias, caída de cabello…o sea, estrés y mas estrés. Además justificas esa forma de actuar porque ves que todo el mundo va por la vida igual, y el que se queda atrás pierde.
Y lo que se pierde realmente es la vida. Vivir a ese ritmo te aparta de disfrutar plenamente de cada momento pues si vas siempre con la prisa de “llegar” a algún sitio que no es donde estas ahora, nunca vas a estar en el presente. y una vez que llegues a ese sitio que supuestamente tienes tanta prisa por llegar, ¿vas a parar y disfrutar? Lo más probable es que llevado por la inercia de una vida impaciente sigas corriendo hacia la siguiente tarea.
Normalmente la impaciencia surge de nuestro interior automáticamente, de forma reactiva como consecuencia de vivir inconscientemente.
Querer acelerar el ritmo de los acontecimientos es una distorsión de nuestra mente. En la medida que aceptemos que todo proceso lleva su tiempo seremos capaces de no vivir en ese estado constante de impaciencia.
Me puedes decir “si, pero si tengo que recoger a los niños del colegio y voy con el tiempo justo esta justificada esa prisa”, en ese caso tal vez debiste salir antes, todo se puede arreglar con una mejor gestión del tiempo, y para ello Minfulness tiene respuestas, puedes aprender a gestionar el tiempo de forma más eficaz.
Hay ejemplos cada día de ponernos a prueba frente a la impaciencia. Como en el vídeo de este anuncio de coches, el conductor lejos de estresarse en un atasco, disfruta del momento presente y se relaja. No es necesario tener cierto modelo de auto para lograr ese estado, pues como puedes apreciar, es tu actitud y no la del vehículo que conduzcas la que te aporta calma aún en un momento aparentemente agobiante. Frente a esta actitud podrías estar tocando insistentemente el claxon y de esa forma lo único que conseguirías es ponerte mas nervioso a ti, y a las personas de tu entorno, sin que por ello las cosas sucedieran más rápido o mas a tu gusto.
Todo se reduce a un cambio de actitud. Tienes que soltar y aprender a cuidarte, sabes que ese estado solo te envenena y afecta a tu corazón y sistema nervioso.
Si piensas que “en cien años todos calvos” te darás cuenta de lo inútil de querer acelerar un tiempo que no nos pertenece. Disfruta de la vida, de cada momento, no solo de los aparentemente apacibles, sino de todos pues todos forman parte de tu vida ya que es una experiencia que sólo vivirás una vez.
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Gracias.
El artículo ¿Eres muy impaciente? lo puedes encontrar en Reducir Estrés.