Muladhara. Ser.
Desde que nací hasta los ocho años me dediqué a arraigar en el mundo. Comer, dormir, descubrir, aceptar que este mundo es entretenido y vale la pena pasar una temporada aquí. Me hice sólido y contundente como un buey. Algunas caras iban y venían y otras permanecían. Ante el dolor, el miedo o la duda siempre hubo una, la de mi madre, con un gesto de apoyo y ánimo. Me convertí en una personita con sus pequeños y grandes traumas, manías, ajustes creativos y problemas para resolver más adelante pero, en general, sin miedo a vivir.
Svadishthana. Hacer.
De los ocho a los dieciséis descubrí mi poder creativo. Podía coger trozos de la existencia, material o inmaterial, destruirlos y recombinarlos de maneras nuevas. Dibujo. Escritura. Formas nuevas de resolver problemas viejos. Nuevas maneras de pensar, respecto a lo que conocía o me habían enseñado. Nuevas maneras de sentir. De comer. Incluso de moverme. Pinté figuras y dioramas. Empecé a pensar en objetivos y crear maneras de alcanzarlos. Me volví fértil.
Manipura. Elegir.
De los dieciséis a los veinticuatro me sentí cansado y hastiado de la vida escolar. Completé de mala gana unos estudios. Fracasé y abandoné otros. Volví a estudiar, cosas nuevas, cosas "útiles y prácticas" que me "garantizaban" un trabajo y un salario. No funcionó (por suerte). Dije basta. Yo me abriría un hueco en la vida igual que se lo abre todo el mundo. A pesar del fracaso académico. A pesar de la mala autoimagen. Me eché novia. Empecé a estudiar lo que realmente quería aprender, sin preocuparme de si eso me daría trabajo o no.
Anahata. Amar.
Ahora tengo casi 32. Mi novia se convirtió en mi mujer. Trabajo echando una mano a la gente que la necesita. Como es muy fácil sentir amor y compasión por el cónyuge y por gente a la que ayudas en un proceso de dolor, la vida me envió una de las criaturas más difíciles de amar: una hijastra; con la que he aprendido. Ya no quiero ganar, ya no quiero tener la razón, ya no quiero ser más que el resto o imponerme victorioso.
Vishuddha. Decir.
A punto de pasar al ciclo siguiente, cada vez veo más cerca el momento de transmitir, hablar para los que quieren oír y compartir experiencias.
¿Y tú? ¿Estás en tu tiempo?