El Duelo es todo aquel proceso de adaptación emocional que sigue a una perdida. Cuando hablamos de duelo, no sólo nos referimos a la muerte de una ser querido, también, a toda pérdida que nos cause dolor, como por ejemplo perder un trabajo, perder una pareja, etc.
Perder algo que queremos, valoramos o deseamos es siempre doloroso y tiene repercusiones físicas y psíquicas, ya que perder siempre supone un cambio, y la adaptación a los cambios, nunca es tarea fácil.
El Duelo consta de una serie de fases, a veces, las personas pasamos por todas esas fases y somos capaces de avanzar, adaptándonos al cambio que ha ocurrido. A veces, seguir hacia delante no es fácil y pese a que sabemos y todo el mundo nos dice “tienes que seguir”, “ la vida continua”…, no nos vemos con valor ni fuerza para hacerlo y es ahí, cuando uno debe pedir ayuda.
También hay que considerar muchos factores que pueden ayudar o no a la aceptación de una pérdida. Por ejemplo en caso de una muerte es importante el parentesco con la persona fallecida, si ha pasado o no una enfermedad larga, nuestra espiritualidad, ideas religiosas, el grado de dependencia con la persona que hemos perdido, etc.
Como decía, el Duelo consta de unas fases y aunque a veces cueste reconocer en qué fase estamos, es importante hacerlo para poder seguir y superar el dolor.
Las fases de las que consta un Duelo son las siguientes:
1. Fase de Negación. Esta fase aparece al poco de que se de la ruptura emocional y significa negarse a sí mismo o al entorno que la pérdida ha ocurrido. Es esta fase aún no nos creemos lo que ha ocurrido, creemos que todo ha sido un mal sueño y no queremos aceptar esa realidad.
2. Enojo/Rabia. Cuando superamos la negación es cuando comienza la rabia, el enfado por no haber podido evitar la pérdida. Nos enfadamos con el mundo, con nosotros, con los que nos rodean, buscamos culpable, responsables de lo que ha pasado.
3. Negociación. Intentamos llegar a un acuerdo para intentar superar el trauma, entendiendo los pros y contras de la pérdida.
4. Depresión. En esta fase es cuando sentimos que caemos, normalmente lloramos y es cuando más experimentamos la tristeza y dolor por la pérdida.
5. Aceptación. Una vez pasado lo anterior, ya estamos asumiendo la pérdida. En esta fase ya hemos creado recursos para poder seguir con nuestra vida y aunque la pérdida existe y el dolor también, éste ya no nos impide avanzar.
Es importante añadir que ante una pérdida no siempre se cumplen todas estas fases, a veces sí, otras ocurren, pero no en ese orden. Lo importante es pasarlas, que ningún sentimiento quede bloqueado. A veces el Duelo puede durar semanas, a veces medio año hasta poder continuar con nuestras vidas. Cuando el dolor persiste durante un año o más, es cuando debemos pedir ayuda, ya que llegar a la etapa de aceptación es llegar a conseguir nuestra paz interior.
Georgina Trillas (Psicóloga y Homeópata)