Recientemente la prevalencia de los eczemas de piel se ha incrementado sustancialmente en muchos países, sobre todo los industrializados donde entre el 10% y el 20% de la población lo padece. Este aumento (dos o tres veces más en la última década) ha sido demasiado rápido como para que se explique por cambios genéticos, por una mejoría a la hora de diagnosticar esta enfermedad cutánea o por el mayor nivel de vida de la población. Puede, sin embargo, sugerir que los factores medio-ambientales tienen un papel importante en la etiología de esta nueva epidemia.
Factores de riesgo habituales
Diversos factores han demostrado estar asociados con el desarrollo de eczema, como los factores personales como factores genéticos, edad, ya que el 85% de los casos se producen antes de los cinco años, sexo (hay estudios que encontraron mayor susceptibilidad de las niñas), estado nutricional, consumo de tabaco, estilo de vida; pero también estímulos ambientales como la contaminación ambiental, el humo de tabaco, polvo doméstico, caspa de animales, el lugar de trabajo, sistemas de refrigeración, y aeroalérgenos o alérgenos inhalados, es decir, sustancias que transportadas por el aire, en una persona sensibilizada, pueden desencadenar síntomas de alergia respiratoria como rinitis alérgica, broncoespasmo y asma bronquial, conjuntival y cutánea (eczema atópico). Los más importantes son los ácaros del polvo, los epitelios de animales, pólenes y hongos. Tipos de Ezcemas
Los términos de eczema y dermatitis se suelen utilizar como sinónimos, y hacen referencia a una reacción inflamatoria en la piel que puede ser de causas muy diversas y con un patrón clínico también amplio. Generalmente se manifiesta con la aparición de enrojecimiento, edema, picor intenso y, en ocasiones, vesículas y ampollas.Los eczemas se dividen en dos grupos diferenciados:
Según factores exógenos: que incluyen los eczemas de contacto irritativo y alérgico.
Según factores endógenos: que incluyen dermatitis atópica, dermatitis seborreica y eczema numular.
Los tipos de eczema que tienen mayor susceptibilidad de ser agravados por la contaminación ambiental son la dermatitis atópica y los eczemas de contacto. Y coincide, además, que son de las formas de eczema más prevalentes en nuestro medio.
La dermatitis atópica es una enfermedad recurrente y crónica de la piel, con fuerte componente genético y herencia familiar, estando asociada con bastante frecuencia a asma y rinoconjuntivitis alérgica. El eczema de contacto, por su parte, se produce cuando determinadas sustancias irritantes o alérgenos entran en contacto con la piel de un individuo susceptible, desencadenando una reacción inflamatoria con aparición de enrojecimiento, edema y descamación.
Tratamiento y prevención
Tras realizar el diagnóstico el dermatólogo pauta un tratamiento médico para el eczema. No obstante es fundamental insistir en instaurar medidas preventivas a nivel individual y colectivo, para atajar este problema. Estas medidas pasan por la utilización de productos cosméticos y de uso personal hipoalergénicos y libre de fragancias u otras sustancias irritantes, la menor exposición a sustancias químicas en el ámbito laboral, evitar los sistemas de refrigeración así como los ambientes secos con baja humedad. Rinitis alérgica y ezcema
La rinitis alérgica, junto con el eczema atópico y el asma bronquial, hace parte de la triada atópica, aunque no siempre se presentan los tres juntos. También estos pacientes suelen presentar más episodios de urticaria, al liberar histamina ante mínimos estímulos ambientales.En caso de que a la rinitis alérgica se sume el eczema hay que tomar ciertas medidas:
Un tratamiento médico específico.
Mantener una buena hidratación cutánea utilizando emolientes varias veces al día, evitar ambientes con altas temperaturas y utilizar un humidificador; realizar baños cortos y a temperatura templada.
Usar ropa de algodón en lugar de lana o prendas sintéticas.
Emplear productos libres de fragancias y los conservantes menos sensibilizantes.
Evitar los jabones y utilizar productos limpiadores sin aclarado, así como aguas termales.
Preferir los cosméticos con pocos activos y que sean hipoalergénicos, y siempre el número mínimo de productos durante los brotes.
Agradecimientos: Dra. Ana Rita Rodrigues, dermatóloga del equipo de Pedro Jaén y miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología).
Imágenes (por orden de aparición): Claudio Matsuoka/Flickr, JavierPsilocybin/Flickr, danabooo/Flickr, dan taylor/Flickr y peapod labs/Flickr.