El dolor de cabeza o cefalea es uno de los síntomas neurológicos que afecta a más de la mitad de la población, llegando a ser incapacitante. Mientras que la migraña o jaqueca es un desorden neurológico que se manifiesta en un dolor de cabeza intenso y va acompañado de otros síntomas como intolerancia a la luz y el sonido, vómitos, etc., siendo también extremadamente incapacitante.
Tanto las cefaleas como la migraña no representan un problema grave de salud, si bien es cierto que llegan a ser un inconveniente para el día a día por las grandes molestias que ocasionan.
TIPOS DE DOLOR DE CABEZA Y CAUSAS
No todos los dolores de cabeza son iguales como se ha indicado anteriormente. Podemos distinguir tres tipos que se diferencian principalmente por el lugar donde se produce el dolor. Son las siguientes:
Cefalea tensional en la que el dolor se focaliza en las sienes y en la parte posterior de la cabeza. Este tipo viene producido por una contracción muscular.
La migraña se localiza en un lado de la cabeza y puede afectar a la visión o al habla o producir hormigueo en los dedos y náuseas.
Cefalea en racimos sucede cuando se concentra el dolor en un lado de la cabeza y entorno a un ojo.
Una de las causas por las que se puede sufrir dolor de cabeza es por herencia, pues se transmite en el cromosoma 9 produciendo la migraña hemipléjica familiar. Pero las causas más comunes son la edad, el estrés, la alimentación y el alcohol, los cambios climáticos, la falta o exceso de sueño y los fármacos.
También existen una serie de factores que hacen que una cefalea perdure en el tiempo más de lo habitual. Estos pueden ser modificables y no modificables.
Factores no modificables: son aquellos que por las propias circunstancias de las personas no pueden ser modificadas como la edad avanzada, los adultos las sufren más que los niños; ser mujer, las cefaleas son más frecuentes en mujeres y en especial las que ya han tenido la menopausia; etnia caucásica; factores genéticos; bajo nivel económico; o bajo nivel educativo.
Factores modificables: son aquellos que se pueden alterar como la ansiedad, depresión o estrés; trastornos del sueño como la apnea o la roncopatía; el abuso de fármacos y de cafeína; la obesidad; o la elevada frecuencia de crisis.
CONSEJOS PARA PREVENIR LAS CEFALEAS
Una cefalea es difícil de evitar pero sí se puede prevenir su desarrollo más allá de lo que debería. Estas son algunas recomendaciones:
Llevar un estilo de vida ordenado y calmado.
Realizar ejercicio físico de forma habitual.
Tener unos hábitos de alimentación saludables.
Evitar el alcohol y el tabaco, así como el abuso de medicación o cafeína.
Ante síntomas depresivos solicitar ayuda a profesionales.
En caso de dolor inesperado acudir al neurólogo.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTOS
La mayoría de las cefaleas se pueden aliviar con la toma de analgésicos. Sin embargo, si la cefalea es secundaria, producida por alguna enfermedad, es fundamental acudir al neurólogo para realizar un diagnóstico exhaustivo y mediante la observación y pruebas se pueda determinar el tratamiento adecuado.