Se estima que entre el 50 y el 55% de los diabéticos tipo 2 son también hipertensos, ¿sabías toda la relacion de la diabetes e hipertensión arterial? Y es que tal y como señala la doctora Olga González Albarrá, experta de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), “el desarrollo de ambas patologías muchas veces va en paralelo. Además, la diabetes es una enfermedad que suele presentar otros problemas asociados.
De hecho, se estima que entre el 80 y el 82% de los diabéticos españoles tienen sobrepeso y obesidad”. Por ello, los expertos recomiendan un seguimiento exhaustivo de esta enfermedad de la diabetes e hipertensión arterial, ya que la causa de fallecimiento más frecuente en el paciente diabético son los eventos cardiovasculares.
La diabetes e hipertensión arterial empeora y acelera el daño que la diabetes ejerce sobre las arterias, lo que da lugar a que las personas que la padecen sufran con mayor frecuencia de infarto de miocardio, insuficiencia renal, accidentes vasculares cerebrales (trombosis), enfermedad vascular periférica, etc.
Los pacientes diabéticos deben, por tanto, ser considerados de alto riesgo cardiovascular. Por este motivo, los expertos aconsejan tener unas cifras de presión arterial más estrechamente controladas. De manera que, según las guías actuales, deben recomendarse unos niveles de presión arterial de 130/85-80 mmHg en diabéticos, asegura la experta.
La dieta es uno de los pilares básicos para la prevención del riesgo cardiovascular y, según afirman los especialistas, se puede prevenir la diabetes con cambios en el estilo de vida que promuevan una pérdida de peso. En esta línea, una dieta mediterránea que sea rica en grasas de origen vegetal (aceite de oliva y frutos secos), legumbres, pescados y carne de ave y reducir el consumo en carnes rojas, dulces y lácteos “puede prevenir factores de riesgo cardiovascular y el desarrollo de enfermedades metabólicas como la diabetes”, apunta la doctora González Albarrán.
Además de la dieta, el papel del ejercicio físico es efectivo en el control glucémico y en la mejora de las comorbilidades del paciente: perfil lipídico, reducción de la presión arterial o control de peso, entre otros aspectos. Así, por ejemplo, se aconsejan ejercicios de carácter aeróbico que movilicen grandes grupos musculares de forma continuada, ya que aumentan la eficacia del control glucémico, comparado con el ejercicio físico aeróbico aislado. No obstante, a la hora de prescribir ejercicio físico en diabéticos los especialistas deben tener en cuenta y ajustar la alimentación y las necesidades de insulina.
¿Conocías esta relación?
Imagen (por orden de aparición): .v1ctor Casale./Flickr y AlishaV/Flickr.