Optar por los cuidados para la hipertensión arterial, a cierta edad, es lo más correcto que se puede hacer. Ya que, el corazón es el órgano vital por excelencia, pero a veces puede no funcionar correctamente. Aunque el estilo de vida, la alimentación, el ejercicio físico y sufrir otras enfermedades, pueden influir en el estado de este músculo, en ocasiones no basta con cuidarnos mejor para evitar padecer algún trastorno cardiovascular.
Nuestro sistema circulatorio es como una red de carreteras de ida y vuelta donde la sangre viaja transportando oxígeno a todos los tejidos y órganos de nuestro organismo. Este flujo sanguíneo es imprescindible para la vida, pero no siempre se produce de la manera más adecuada. Tanto si la presión con la que bombea nuestro corazón es demasiado elevada como si es muy baja, nuestro sistema cardiovascular, y por tanto, nuestra vida, correrán peligro. Una de las enfermedades más comunes relacionadas con esto es la hipertensión arterial, un trastorno que se debe controlar y vigilar médicamente.
Cuando las arterias se resienten
Nuestro corazón tiene dos estados: la sístole y la diástole. Se denomina presión alta a la sistólica, que es la que se produce en las arterias en la fase de bombeo del corazón. Por su parte, la diastólica, es la encargada de medir la cantidad de presión que hay mientras el corazón descansa entre latidos. Según la doctora Nieves Martel, coordinadora del Club del Hipertenso de la Sociedad Española de Hipertensión y de la Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH.-LELHA), este trastorno se puede describir como "la elevación de la presión arterial cuando el paciente presenta tensión arterial sistólica o máxima, igual o superior a 140, y diastólica o mínima, igual o superior a 90 mmHg". Las cifras normales en una persona adulta se sitúan en 120/80 mmHg, representando el primer número la tensión alta y el segundo la baja.
La hipertensión es una enfermedad demasiado común, de hecho, en España se estima que alrededor del 30% de la población adulta puede sufrirla en mayor o menor medida. No obstante, estas cifras podrían ser sensiblemente más altas, ya que muchos la sufren sin que nunca se la hayan diagnosticado. Este descontrol de la hipertensión puede provocar múltiples problemas de salud e incluso inducir a una muerte prematura, por ello es muy importante ponernos en manos de un especialista en cuanto notemos algún síntoma que pueda hacernos creer que algo no marcha bien.
También es "más frecuente a partir de los 60 años y en los varones, aunque la prevalencia de la enfermedad es igual en ambos sexos a partir de que la mujer entra en la menopausia", explica la doctora Martel. Asimismo, se trata de un trastorno hereditario, por lo que es muy probable que varias personas de una misma familia lo padezcan.
Cuidarnos es fundamental
Las causas que pueden llevarnos a sufrir esta enfermedad son desconocidas, no obstante, sí que queda claro que "existe una predisposición genética a ser hipertenso, aunque será el estilo de vida que llevemos lo que hará que se manifieste antes o después", aclara la especialista. O lo que es lo mismo, si llevamos un ritmo menos sedentario, cuidamos de nuestra alimentación y no vivimos sometidos a demasiado estrés, es probable que la hipertensión tarde más en aparecer.
Por tanto, cuidar nuestra dieta y nuestro modo de vivir, debe ser el primer punto dentro del tratamiento para la hipertensión. Igualmente, al ser una enfermedad crónica, concienciar al paciente de que ha de modificar sus hábitos por completo y de por vida es lo más importante. Éstos han de ajustarse a su caso y, además, deberán "complementarse con la medicación antihipertensiva que el médico recomiende", añade Nieves Martel. La doctora incide en que si esto no se tuviese en cuenta con el rigor necesario, el paciente "podría padecer una complicación cardiovascular grave".
Una situación de riesgo
En algunos casos la hipertensión puede llevar a la muerte prematura. Se debe a que no suele presentar síntomas y "cuando se encuentran, normalmente se debe a que ha habido una complicación previa del sistema circulatorio del paciente", comenta la experta. Por ello, es esencial que las personas con sobrepeso y con antecedentes familiares se hagan controles periódicos del estado de su tensión arterial, ya que ellos son el grupo con mayor riesgo.
Tener una presión arterial por encima de los valores normales puede desencadenar que nuestro sistema circulatorio se colapse. Dicho esto, si una persona hipertensa no se cuida lo suficiente, las posibilidades de infarto, angina de pecho, de accidentes cerebrovasculares o de trombosis se multiplican. También puede ser muy perjudicial para los riñones, llegando en algunos casos a ser necesaria la diálisis.
Para disminuir la incidencia que pueda tener en una persona este trastorno crónico, el primer paso es reducir la ingesta de sal, de alimentos altos en colesterol y de café. Una dieta sana y equilibrada y un programa de ejercicio aeróbico nos ayudarán a fortalecer el corazón y a bajar peso. Los especialistas recomiendan caminar al menos 30 minutos diarios o carrera suave, sobre todo para las personas mayores. Asimismo, el tabaco y el alcohol son los enemigos de nuestras arterias, por lo que su uso se debe evitar. Teniendo esto en cuenta, el mejor tratamiento para esta enfermedad así como para prolongar y mejorar nuestra calidad de vida, está en nuestra mano.
Agradecimientos: Nieves Martel, coordinadora del Club del Hipertenso de la Sociedad Española de Hipertensión y de la Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA).