La exposición prolongada a rayos UV (ultravioleta) y a luz infrarroja puede causar problemas en la vista. El ojo humano capta una longitud de onda que va de 380 a 780 nanómetros (medida de longitud que es la milmillonésima parte del metro).
Fuera de esos parámetros están la luz infrarroja y la luz ultravioleta. Aunque el ojo no tiene respuesta visual a estas longitudes de onda, pueden penetrar en los ojos y causar quemaduras, por el aumento de la temperatura de los tejidos y los daños fotobiológicos.
Resultan más vulnerables a los efectos nocivos en la vista de los rayos UV y luz infrarroja las personas de edad avanzada, quienes tengan poca pigmentación y quienes estén ingiriendo fármacos fotosensibles.
Para evitar los problemas de las radiaciones UV, se recomienda:
Cuando se permanece bajo el sol, utilizar anteojos de sol homologados, que bloqueen de 99 a 100 por ciento las radiaciones UBA y UVB. Los anteojos de sol deben ser lo suficientemente grandes como para cubrir la vista al frente y ambos laterales.
Utilizar lentes de contacto con protección ultravioleta.
Para transitar bajo el sol, utilizar sombreros con alas, gorros o vinchas con viseras.
Si el sol es muy intenso se puede recurrir al uso de sombrillas.
Evitar exponerse al sol entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde en verano, y entre las 11 de la mañana y las tres de la tarde en las estaciones con sol menos intenso.
Además de los anteojos, utilizar para transitar bajo el sol cremas o emulsiones con pantalla solar de factor de protección 30 o más, con el agregado de vitamina A. Colocar la crema o emulsión en toda la piel que quede expuesta a los rayos del sol, sin olvidar el contorno de los ojos.
Evitar en lo posible hacer uso de las camas solares o utilizarlas con moderación, tomando los recaudos necesarios para proteger la vista.
Descubre más sobre como puedes mejorar tu vista de forma natural haciendo click aquí.