Consejos para ser positivo
1. En primer lugar, cambia el chip. Incluso cuando pienses que no puedes hacer nada al respecto, puedes decidir tu actitud, es decir, puedes gestionar cómo afrontas esta situación determinada.
2. Encuentra apoyos. Sin embargo, no solo puedes encontrar apoyo en otras personas en forma de amor, amistad y compañerismo. También puedes encontrar fuerza emocional en la lectura, el cine, la música, los paseos, tus aficiones personales, tus lugares preferidos… En definitiva, crea una vida de belleza emocional, suma experiencias que son un regalo de fuerza para ti.
3. A modo de ejercicio de coaching, escribe una carta para tu destino, abre tu corazón y pon por escrito todo aquello que tú quieres ofrecer a tu porvenir. Por ejemplo, escribe un mensaje dirigido a tu “yo del futuro”.
4. La ley del espejo comienza con una sonrisa. Este sencillo gesto de lenguaje corporal lo cambia todo. En primer lugar, te hace sentir a ti mejor contigo mismo. Pero además, tus amigos también se sienten mejor en tu compañía. Cuando estamos pasando un mal momento no nos damos cuenta de la energía que proyectamos en los demás, y está claro que este cambio de chip, es vital para dar un giro a las cosas.
5. Busca siempre el porqué y el para qué de las acciones que son importantes para ti. El porqué conecta con la causa, con la razón de ser de una decisión. El para qué conecta con el significado de esa situación.
6. Utiliza tu imaginación para gestionar tus recursos. Este es el mejor tesoro, tener la capacidad de creativa de ir más allá de lo aparente para buscar soluciones.
7. Intenta fijarte más en el ejemplo positivo de las historias que conoces en tu entorno. El sufrimiento forma parte de la vida como bien explica Victor Frankl pero puedes trascenderlo a través de tu actitud. Puede ser difícil en ciertos momentos, sin embargo, tener una actitud negativa no es más que sumar más sufrimiento al propio dolor.
8. Observa el espectáculo de un nuevo amanecer y aprovecha esa jornada. Así forjas tu destino, a través de agradables dosis de rutina cotidiana.
Abraza tu destino con la fuerza del amor que nace de ti mismo en forma de autoestima y pasión por cumplir una misión en el mundo. ¿Qué estás llamado a hacer? Encuentra tu vocación porque está en ti.
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