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Constantemente ves los medios de comunicación inundados con mensajes sobre lo perjudicial que es el estrés. Tratan de venderte terapias, libros, tratamientos y hasta medicinas para reducir este perjudicial estado, en el cual tu cuerpo puede colapsar, como consecuencia de problemas en tu sistema inmunológico, depresión y problemas en tu presión sanguínea entre muchos otros males. Pero la verdad, a pesar de lo que muchos crean, el estrés no es más que un estado natural, usado para que enfrentes tus retos diarios.
El estrés en sí no es perjudicial, es la duración de este estado la que genera todos los perjuicios que actualmente aprovechan para vendernos curas milagrosas. La definición que nos da wikipedia es:
El estrés es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. WikipediaDe acuerdo al neurocientífico Jhon Medina, en su libro "Los 12 principios del cerebro", estamos diseñados para soportar máximo 30 segundos de estrés. En este tiempo, nuestras capacidades físicas y mentales se pontencializan como un recurso de nuestro cuerpo para que afrontemos la amenaza que percibimos. Sin embargo, luego de un momento, nuestro cuerpo genera hormonas para contrarrestar la estimulación generada al percibirse la amenaza y si este ciclo de hormonas que estimulan y hormonas que calman, dura demasiado; comienza por perjudicar nuestras capacidades cognitivas, motrices psicológicas e inmunológicas. En conclusión, es el llamado estrés crónico el que nos perjudica; aquel que nosotros permitimos que se mantenga.
Ahora si tenemos presente que el estrés es un estado normal generado cuando nos enfrentamos a cualquier reto o amenaza, combatirlo es infructuoso ya que será tan constante como los problemas y retos que enfrentemos. Lo que debemos combatir es la duración, es decir, debemos aprender a aceptar y manejar el estrés como una fase normal del proceso de solución de problemas y asimilarlo rápidamente para evitar que tome control de nosotros y dure más de lo necesario.
Te comparto algunos consejos que he encontrado útiles al momento de cortar el estrés:
Leer: No solo se requieren libros, también incluye artículos, blogs etc. Pero evitando a toda costa las noticias; a menos que estés pendiente de un resultado específico en tu entorno, las noticias en su mayoría, solo aportan cargas negativas.
Hablar: Comparte un poco con tus amigos y familiares, pero trata de no hablar mucho del tema que te genera el estrés, a menos que quienes te escuchen te sean de ayuda para encontrar la solución a tu problema.
Escucha música: Una buena música siempre ayuda un poco a relajar la mente e inclusive si te animas a cantar un poco, así te suene feo, puede relajarte algo más y parar tu ciclo de estrés.
Ver videos: Ver un video interesante o una buena película ayuda mucho a pensar un poco en otras cosas y quizás ver las situaciones desde otro punto de vista. Pero aléjate de los dramas pesados ya que a veces las emociones negativas ficticias pueden generar impacto en nuestras emociones reales.
Dar el valor real a las cosas: Cómo bien se menciona en la definición de estrés, es una reacción ante una situación percibida como amenazante. El problema es que muchas veces nuestras percepciones nos engañan y realmente nos preocupamos por cosas innecesarias: pero lo peor es que dejamos de lado las que realmente importan.
Dedica tiempo a un proyecto personal: Dedicar tiempo a algo que nos gusta puede ayudarnos a enfocarnos por un momento en algo que no es lo que nos preocupa, dando paso a pensamientos positivos que pueden ser luego aplicados en nuestro problema.Quizás puedas pensar que estos humildes tips solo te alejan de la preocupación real, y la verdad, es que eso es lo que se necesita. Se ha demostrado que dejar de concentrarnos en un problema de manera temporal es un recurso muy útil al momento de buscar una solución. Además, estar sometido al impacto del estrés no es para nada útil, pero si aprovechas esta sensación de alerta adecuadamente puedes volverlo una herramienta importante al momento de resolver problemas. Si aprendes a escucharte y a detectar que algo te preocupa más de lo normal, puedes analizar la situación y definir qué es lo que realmente sucede, usar tu creatividad y buscar soluciones; no simplemente dejarte llevar por las emociones negativas, el estrés y todos los perjuicios para tu salud mental, familiar, social y espiritual.
Pensar en vivir en un mundo sin estrés, es pensar en un mundo sin problemas por resolver y sin retos que superar. ¿Aburrido no?. Además eliminar del todo el estrés es quizás dejar de preocuparnos por todo, pero eso incluye también dejar de cuidar lo que nos importa. Lo importante es tratar de mantener controlado este estado y evitar que se convierta en un estado crónico, antes de pasar a la fase creativa y comenzar a buscar ideas.