Esto es un problema que inicia desde el hecho de simplemente aceptar lo que entes externos definen que debe hacernos felices. Familia, sociedad, moda, religión, amigos o publicidad, pueden llegar a forjarte gustos forzados que por falta de autoconocimiento te llevan a invertir grandes cantidades de tiempo y dinero haciendo lo que en el fondo no disfrutas o por lo menos no en la medida que crees. Es importante el autoconocimiento pero para esto se debe comenzar con el autodescubrimiento y esto se logra con la exploración; atreverte a salir de tu zona de confort es vital para poder descubrir lo que realmente te gusta y te hace feliz.
Cuando descubres lo que realmente disfrutas, podrás utilizar estas actividades como ingredientes adicionales que permiten traer equilibrio a tu vida. Para descubrir, por ejemplo, que te gusta escribir, debes atreverte a hacerlo, aceptar críticas y si lo disfrutas a esforzarte por hacer lo lo mejor posible; a pesar de que tristemente para muchos, tus actividades favoritas carezcan de sentido porque no te generan dinero. El dinero es uno de los pretextos más comunes para dejar de lado alguna actividad que disfrutas y hacer lo que la sociedad te hacer creer que es más productivo; la verdad, es que cuando eres feliz, eres más productivo.
Mi invitación es entonces a que analices si realmente sabes lo que te gusta hacer y que busques incorporar estas actividades en tu rutina diaria, ya sea como actividades frecuentes o un proyecto personal. Esto te ayudará a liberar el estrés ocasionado por los problemas y por la rutina de lo que debes hacer por obligación. No dejes pasar el tiempo pensando que todo es como lo has vivido hasta ahora; por lo menos no sin haberlo analizado. Si con lo que haces ahora eres feliz, perfecto; pero si no, tienes el derecho a experimentar, a arriesgarte, a descubrir lo que te gusta y hacerlo para tu bienestar mental, emocional y familiar.