La secreción salival se produce en la boca por la acción de tres grandes pares de glándulas (parótidas, submaxilares y sublinguales) y otras muchas glándulas unicelulares pequeñas. Entre todas ellas producen diariamente entre 800 y 1550 ml de saliva, podemos decir que de media se crea al día 1 litro de saliva, que es segregada durante la masticación.
La saliva es una secreción serosa que contiene ptialina (amilasa responsable de iniciar en la boca la digestión de los carbohidratos, degradando el almidón a maltosa y dextrinas) y mucina, responsable de la lubricación.
Las funciones de la saliva, además de la digestión y lubricación, son procurar una higiene bucal y contribuir a la masticación y la deglución.
Los problemas más comunes en la alteración de la saliva son:
§ Sialorrea, es el exceso de producción de saliva.
§ Hiposalia, es la disminución de producción.
§ Asialia, es la falta total de producción.
§ Xerostomía, es la alteración de la viscosidad (la saliva no lubrica bien).
La falta de lubricación produce dolor, ulceraciones, molestias al tragar, pérdida de sabor y dificultad para la masticación.
Las causas principales de la alteración de la salivación son:
§ Aumento de la secreción (es menos frecuentes, se atiende más la enfermedad que la produce, que el aumento de la secreción). Se produce por una estimulación mecánica, intoxicaciones, dificultades de la deglución (disfagia), disminución psíquica y neurológica, embarazo, estimulación vagal.
§ Disminución de la secreción. Se produce por una inflamación de las glándulas salivales (de origen viral, bacteriano, alérgico o tóxico), por uso de algunos fármacos, síndrome de Sjögren (síndrome autoinmune), neoplasias, tratamiento anticanceroso (quimio y, sobre todo, radioterapia), cirugía de resección, emociones, crisis de pánico, enfermedades psicógenas.
Lo importante en esta patología, sobre todo la más molesta y que más se va a tratar es una disminución de la secreción de saliva, por lo que los objetivos nutriciones y características de la dieta.
Para un tratamiento óptimo debemos:
§ Evitar el riesgo de malnutrición.
§ Favorecer la secreción salival y la digestión.
§ Procurar la ingesta de nutrientes adecuada para mantener o restablecer un buen estado nutricional.
Por lo que hay que definir las necesidades y conocer las preferencias del paciente. En aquellos en los que la salivación es insuficiente, resulta muy importante la textura del alimento, por lo aumentar la lubricación y evitar aquellos que puedan resultar secos o empalagosos. Se debe por lo tanto potenciar los alimentos blandos y húmedos, añadiendo salsas, zumos, caldos un poco ácidos y sin edulcorar.
También, la disminución de saliva produce acidificación del pH bucal, facilitando la caries, por lo que hay que extremar la higiene bucal.
Para favorecer la salivación se puede utilizar menta, pimienta, limón, jamón u otra carne curada en tacos o masticar chicle entre comidas. Se recomienda masticar siempre, aunque sea puré, y hacer ejercicios linguales.
En los pacientes con sequedad de boca debemos humedecer y lubricar los alimentos. Las dietas mejor toleradas son las de textura blanda como purés, guisos, cremas, sorbetes, gelatinas, mousse y las que tienen alto contenido en agua como sopas, zumos (no cítricos), té, café, bebidas con gas. Mejor utilizar los líquidos junto a los sólidos y evitar alimentos secos como pan tostado, y alimentos rebozados o fritos. Sin embargo, se puede recurrir a saliva artificial para evitar esa sequedad.
En los pacientes con formación excesiva de saliva, babeo o moco, debemos limitar los alimentos que la favorecencomo los dulces, el chocolate y los ácidos como los cítricos.
Con esto me despido hasta el próximo día, nos vemos en la cocina. Mientras tanto, ¡¡ser felices!!
Realizado por Jorge Ibarra Morato.
Fuentes
Conocimientos adquiridos durante la Diplomatura de Nutrición Humana y Dietética.