Menos frutas y verduras. Aunque todos sabemos que la ingesta de frutas y verduras es muy buena para la salud, los españoles consumen la mitad de frutas y verduras de las que realmente se deben tomar. Así lo reconoce el profesor de la Universidad de Navarra y presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), Javier Aranceta Bartrina, estableciendo que actualmente se está a la mitad de las recomendaciones.
Los frutos secos. Otro de los alimentos que no acaban de ser consumidos por los españoles, en su mayoría, son los frutos secos. Realmente son buenos para el organismo y no engordan. Basta con tomar un puñado de frutos secos al día, especialmente si son con menos sal para, incluso, sustituir otras comidas.
La obesidad infantil. Es uno de los principales problemas del siglo XXI. Según diversos estudios, el 20% de los niños con obesidad desarrollan complicaciones y esto no es sabido por la gran parte de los adultos. Una serie de hábitos de vida poco saludables son las principales causas de la obesidad infantil.
Valores nutricionales y obesidad. El desconocimiento de los valores nutricionales es otro de los errores de muchos consumidores, pues ello provoca mayor obesidad.
Cuanto más variada ser una dieta, mejor. Comer siempre lo mismo no es del todo beneficioso para el organismo. Una rica variada y con diferentes alimentos es lo mejor para cuidarnos por fuera y por dentro. Ahora bien, no se trata de ir picando alimentos sin sentido, sino de ir repitiendo aquellos con más vitaminas.
¡Fuera grasas! Pues depende, porque las grasas saturadas pueden ser algo dañinas, pero las grasas procedentes de los pescados, como las ricas en Omega 3, que se encuentran especialmente en los pescados azules, son buenas para el organismo de manera general.
No desayunar. Saltarse el desayuno es un mal hábito que hace que no tengamos energía para empezar el día. Los nutricionistas recomiendan que la primera comida del día, el desayuno, sea variado y abundante, mientras que la cena sea algo más ligera. Ello beneficia a la digestión y previene también la obesidad.