¿Qué son las alergias o intolerancias alimentarias?
Alergia (lgE): es una respuesta exagerada del sistema inmunológico por el consumo de un alimento en particular. En el caso de la alergia hay una reacción causa-efecto muy rápida que se desencadena a las pocas horas de haberlo ingerido y cuyas manifestaciones suelen ser clínicamente evidentes.
Los síntomas principales que alertan son: la urticaria, voz ronca, sibilancias, dolor abdominal, diarrea, picores, dificultad para deglutir, mareo, desmayo, náuseas, congestión nasal, hinchazón de los párpados, la cara, los labios y la lengua, rinorrea, vómitos, cólicos y dificultad para respirar.
Estas son muy peligrosas y pueden llegar incluso a un shock anafiláctico, teniendo que administrar adrenalina o acudir a urgencias.
Para diagnosticar alergias alimentarias se precisa de pruebas analíticas llamadas RAST o CAP RAST para la lgE con alimentos específicos.
Algunas de las más frecuentes son a la leche, el gluten, los huevos, frutos secos, mariscos…
Intolerancia (lgG): a diferencia de la anterior esta tiene una reacción retardada ya que pueden producir determinados anticuerpos frente a alguna proteína como mecanismo de defensa inmonológico, pero sus reacciones se observan con el tiempo. Sin embargo, en determinados casos los efectos pueden ser evidentes dando lugar a diarreas o trastornos digestivos, aunque el sobrepeso o el dolor de cabeza son también muy comunes. Además, aunque no tan grave como el anterior, sus efectos pueden dañar gravemente la salud de manera paulatina.
Cada persona es diferente y puede reaccionar a uno u otro de manera distinta, por ello tras notar algún síntoma frente a algún alimento es conveniente comentarlo al endocrino, nutricionista o dietista que nos prescribirá el test de intolerancia alimentaria. Éste se basa en una extracción de sangre que servirá para ver como reaccionan los anticuerpos frente a distintas proteínas que están en nuestra dieta.
*Muchas veces las alergias se diagnostican a través del alergólogo en una prueba cutánea en el brazo, donde nos ponen una muestra de la proteína del alimento o un alérgeno (como el polen, polvo…) y tras una pequeña incisión en la piel, si a los diez minutos aparece alguna evidencia se profundiza sobre esta posible reacción.
Haciendo referencia a las más comunes ¿cuáles pueden ser los alimentos de sustitución?
Alternativas a la leche y otros lácteos:
Frente a la leche de vaca hay muchas alternativas como son la leche de arroz, soja, coco, patata, oveja, cabra, búfala o avena. Mientras que para los lácteos podemos tomar tofu tierno en vez de queso fresco o aceite de oliva prensado en frío en vez de mantequilla.
Alternativas al trigo:
En cuanto al pan, podemos optar por el fabricado a partir de harina de arroz, centeno o la mezcla de patata y maíz. Los tallarines a base de alforfón y arroz también son una buena opción. Las galletas disponibles en el mercado para sustituir al trigo suelen ser de maíz y avena. En cuanto a los cereales existen el muesli sin trigo, los copos de avena, el hojaldre de mijo o arroz integral, hojaldre de alforfón, copos de quinua o avena troceada/polvo.
Alternativas al huevo:
Existen sustitutivos a base de proteínas de soja y almidón de patatas. Sin embargo a la hora de hacer pastelería, Sanitas nos da algunas recomendaciones:
1 cuchara sopera de harina de garbanzo o de soja y una cucharada sopera de agua
2 cucharas soperas de harina y 1/2 cuchara sopera de grasa vegetal
1/2 cuchara sopera de polvo de pastelería y 1 c.s de agua
50 gramos de tofu mezclado en la porción líquida de la receta
Alternativas a las levaduras:
Estas se encuentran enmascaradas en muchos alimentos por ello es más difícil detectarlas. Por ello hay que tener mucho cuidado con el etiquetado. Algunas de las opciones son: los panes de soda u otros como la Iza, Ryvita, arroz, tortas de avena o tostadas de centeno integral.
Si notas cualquier síntoma no dudes en contactar con un especialista ya que tu organismo lo agradecerá