Antes de comenzar, empecemos por una pregunta muy importante:
¿Estoy preparado para empezar con una terapia con bomba de insulina?
Cuando pensamos en cambiar de modelo de tratamiento de bolis a bomba, debemos hacer un proceso de autoanálisis personal y, posteriormente consultar con nuestro profesional sanitario sobre cuál es su recomendación. Y ¿por qué digo esto? Porque, aunque las microbombas y bombas de insulina en general, vienen a facilitar nuestro día a día y a actuar como un páncreas, ninguna de ellas actúa sola. Necesitan la participación del paciente para funcionar.
Esto ¿qué quiere decir? Que nosotros, como pacientes, tendremos que configurarla, fijar nuestras basales, ratios, introducir las raciones de hidratos, indicar las dosis de insulina durante las comidas y, por supuesto, aprender a gestionar toda la terminología y conceptos que conlleva un sistema como este.
Adicional a ello, debemos valorar nuestra salud mental y aceptación. Me refiero a que debemos ser conscientes de que pasamos a estar conectados a un sistema 24 horas y hay que estar preparados mentalmente para llevar nuestro sistema conectado a nuestro cuerpo. Por tanto, lo primero es estar convencidos de que es lo que queremos.
Entonces ¿Qué me puede aportar una microbomba de insulina?
Sin duda, CALIDAD DE VIDA.
Pensemos que para que una persona consiga una hemoglobina glicada inferior al 7% con un TIR, TAR y TBR adecuados con bolis de insulina, en la mayoría de los casos, supone una participación intensiva por parte del paciente. Es decir, el paciente actúa casi como una bomba de insulina para conseguir este resultado con bolis: Múltiples inyecciones diarias, escaneos y un sinfín de decisiones.
Gracias a las microbombas, un nuevo modelo de bomba de insulina sin cables, se puede llegar a reducir la complejidad en la gestión de tu diabetes. Entre sus múltiples funcionalidades permite cubrir las necesidades de insulina pinchándote solo una vez cada tres días aproximadamente. Y además, permite adaptar y optimizar la terapia según tus necesidades, con el consiguiente beneficio para la salud, ayudando a prevenir o reducir situaciones como el fenómeno del alba, el efecto Somogyi o momentos del día con mayor resistencia a la insulina.
En resumen, esta nueva tecnología nos aporta los siguientes beneficios si lo comparamos con las múltiples dosis de insulina:
DISCRECIÓN ya que tiene un tamaño reducido que permite poder colocarla en distintas partes del cuerpo.
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COMODIDAD: No dispone de los tubos de las bombas de insulina tradicionales y va directamente adherida a la piel, como un sensor.
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LIBERTAD: llevar una microbomba te permite disfrutar de un estilo de vida más flexible en las comidas, viajes o ejercicio que la terapia con múltiples dosis de insulina.
Por tanto ¿merece la pena la microbomba?
Absolutamente SÍ
Vayamos al lío entoncesy veamos qué diferencias y similitudes hay entre las bombas tradicionales y las microbombas
UNO – distinto
Las bombas de insulina convencionales se componen, de manera resumida, del infusor (la propia bomba) y el catéter (el tubo que conecta el infusor a tu cuerpo). Es decir, la típica bomba de insulina que todos conocemos y que va con tubos.
Mientras que las microbombas son aquellas que, aún teniendo ambas partes, todas están unidas y forman una única pieza, eliminando los tubos y convirtiéndose en una “bomba parche”. Más pequeñas y discretas.
En mi opinión, una microbomba puede ser una buena elección si la principal barrera que encuentras al iniciarte en este modelo de tratamiento es la estética, ya que te hace sentir más libre y la discreción, al no llevar tubos, hace que sea más atractivo para nosotros.
DOS- distinto
Las microbombas te dan la flexibilidad de elegir distintas partes del cuerpo donde colocarla, como el abdomen, piernas o brazos Esta característica permite evitar que la bomba sea visible sea cual sea la indumentaria. Por el contrario, las bombas de insulina convencionales no ofrecen tantas opciones de colocación, principalmente se recomienda llevarlas en el abdomen. Lo que en ocasiones hace que resulte complicado ocultarlas con la ropa.
TRES- distinto
Es importante saber que, por el momento, las microbombas disponibles en España no cuentan con el sistema de asa cerrada, es decir, sensor y bomba no se comunican. Algo que actualmente sí podemos encontrar en los sistemas convencionales.
UNO- similar
Ambos modelos trabajan con insulina rápida. A diferencia de lo que se pueda pensar, estos sistemas no funcionan con insulina lenta, solo rápida. Con ella, a través de una distribución continua de pequeñas dosis a lo largo del día, e incluso fijando distintos tramos horarios para corregir tendencias o resistencias, construyen lo que es la insulina basal necesaria para mantener una glucosa estable.
Cuando comemos o tenemos una hiperglucemia, volvemos a inyectar insulina rápida para las raciones que vayamos a ingerir o corregir la glucemia. Sin embargo, este suministro “extra” de rápida no formaría parte de la basal, si no que sería lo que se conocen como “bolos”.
Estas son las principales diferencias y similitudes entres las microbombas y las bombas de insulina convencionalesEn mi opinión, si eres una persona con múltiples inyecciones diarias y junto con tu profesional de salud estás pensando en pasar a la terapia con bomba, la microbomba es sin duda una muy buena opción a tener cuenta.
Si estás interesado en las microbombas recuerda que puedes obtener más info AQUÍ y consultar a tu médico sobre la disponibilidad de este sistema en tu centro sanitario
Por último, es muy importante que ante la duda consultes a tu endocrino para tomar la mejor decisión para tu salud. Recuerda que este post no sustituye el consejo médico.
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