EL AGOBIADO
Estás bien, a gusto, disfrutando de esa velada… Pero poco a poco te invade un mal humor inexplicable, te sientes crispado y te molestan los comentarios y movimientos de los demás. No encuentras un motivo aparente para encontrarte así, de modo que intentas llevarlo por dentro porque, obviamente, los demás no entenderán tu estado. Pero, ¡se te nota!
EL QUE AGOBIA
No entiendes nada, pero si todo estaba fluyendo y de repente, su actitud ha cambiado. Consideras que no has actuado mal y que todo está en orden pero algo ocurre.
¿Qué es el agobio?
Te daré mi propia definición:
Es la contradicción entre lo que sientes y quieres y lo que crees que debes sentir y hacer. Como no puedes resolver el dilema, te sientes encerrado en un laberinto que te hace sentir agobiado. ¡Como cuando te quedas atrapado en un ascensor sin poder salir!
¿Cuándo se incrementa?
1. Cuando te sientes con el deber de decir que sí
¿Vendrás esta noche?, ¿Te podré llamar luego para contarte bien todo?, ¿Me ayudarás a preparar la cena del martes?.
Te gustaría decir ¡No! pero como te invade la culpa y no dispones de herramientas para dar negativas, acabas diciendo que sí.
· PARA EL AGOBIADO: Como te supone un problema rechazar peticiones, el problema lo sitúas en las demandas del otro cuando en realidad, se encuentra en tu falta de habilidad para decir no.
Puedes decir No me va bien o Mejor nos vemos en otro momento, necesito hacer otras cosas, de forma clara y sin mentir ni excusarte.
· PARA EL QUE AGOBIA: Estás en tu derecho de pedir o proponer, la responsabilidad de aceptar o no es del otro. Eso sí, intenta empatizar y leer sus reacciones para calibrar si tus demandas tienen buena acogida.
2. Cuando intuyes que te necesitan
No hay mejor refuerzo para los niveles de agobio que sentir que el otro te necesita. La desesperación no vende. Es bonito compartir tiempo con alguien cuando sientes que escoge hacerlo contigo pudiendo emplearlo en otras cosas, no cuando eres su única opción.
· PARA EL AGOBIADO: no sufras, eres totalmente prescindible para esa persona. Probablemente le interese el rol de salvador que adoptas y, si no es así, buscará a otra persona que lo haga, volviéndose imprescindible en ese momento.
No eres responsable del bienestar o malestar de nadie más que de ti mismo. Invierte tu tiempo en aquello que te haga sentir bien y desees.
· PARA EL QUE AGOBIA: hacer sentir al otro que es imprescindible para ti le carga de una responsabilidad agobiante. Ni es cierto que sea imprescindible por más que te empeñes en creerlo, ni esa persona ha venido a este mundo para contentarte. Así que, es tu responsabilidad tu necesidad de aferrarte a alguien, no del otro.
Será mejor que te hagas cargo de este asunto ya que lo irás reproduciendo constantemente con diferentes personajes a lo largo de tu vida. Recuerda que sólo se fusionarán contigo las personas disfuncionales, no las sanas. Alégrate de estar al lado de alguien que te da negativas.
3. Cuando prevés que esa persona no aceptará tu estado
¿Cómo se explica que uno desee estar pegado al otro y el otro necesite desaparecer del mapa? Obviamente, el otro partirá de sus necesidades y deseos. Por lo que es muy común que proteste, exija, amenace o muestre su enfado.
· PARA EL AGOBIADO: el enfado del otro proviene de la incomprensión de tu agobio. Probablemente se sienta amenazado y dude de tus sentimientos hacia él o simplemente quiera saciar sus necesidades aunque así tu tengas que sacrificar las tuyas.
Cuando os hayáis calmado, intenta explicarle qué te ocurre y déjale claras tus necesidades y sentimientos. Ni todos demostramos amor de la misma manera, ni siempre se debe hacer lo que los demás desean para contentarles.
Tómate tu espacio a pesar de que no estén de acuerdo con ello.
· PARA EL QUE AGOBIA: esa persona no puede evitar sentir lo que siente. Tus malas reacciones sólo agravarán su estado. En lugar de castigarle, intenta entender porque le ocurre eso. Seguramente, obtendrás pistas para actuar mejor. Además, pregúntate qué temes. Probablemente entiendas su agobio como una forma de rechazo o falta de amor hacia ti, cuando no siempre tiene porque ser así.
Piensa en tu plato favorito. Imagina que te sirven dos raciones a rebosar. Y por la noche otra más con las sobras. Por más que te guste, rechazarás las últimas cucharadas.
4. Cuando te sientes con el deber de estar de un modo en que no estás
Las personas fluctuamos, tenemos momentos de introspección y otros en los que somos los más chistosos y charlatanes del grupo. Si en esa velada, llega el momento de dar espacio a tu yo reservado, respétalo. Forzarte a emplear más energía de la que dispones no hará más que agotarte.
· PARA EL AGOBIADO: Permítete fluctuar. Si necesitas retirarte de la conversación y optar por un rol más de espectador, no vas a dejar de estar integrado. Las reuniones sociales se instauraron para hacerte sentir bien, no para estresarte forzándote a estar en un estado artificial.
· PARA EL QUE AGOBIA: Evita los típicos comentarios tipo ¿Qué te pasa? o Estás muy callado, con lo que nos has hecho reír. Este tipo de intervenciones implican que existe un problema en que el otro adopte otro rol, cuando probablemente su cambio energético sea debido a que es humano.
Seguro que a ti también te pasa, tenlo presente.
5. Cuando te insisten
Decides marcharte a casa pero te invaden comentarios opresivos para que te quedes. Se supone que si esto ocurre, es porque los demás se sienten bien contigo. Pero lejos de hacer esa lectura, te sientes presionado a acceder a algo que no deseas.
· PARA EL AGOBIADO: No te excuses, simplemente mantente firme y comunica a los demás tu decisión. Recuerda, si te sientes crispado, no es culpa de los demás. Hazte cargo de tu agobio, al fin y al cabo los otros sólo desean compartir más tiempo contigo. ¿Qué hay de malo en eso?
· PARA EL QUE AGOBIA: ¿Quieres que tu amigo se quede por algún motivo que te beneficia? No seas egoísta. Te aseguro que puedes continuar solo en esa reunión de amigos o divertirte de otra manera sin él. Si no te ves capaz, no le cargues la responsabilidad. Seguro que dispones de recursos de sobras para pasarlo bien prescindiendo de esa persona.
Y recuerda, insistir una vez es cortés, hacerlo más veces es cargante.
Sandra Ferrer
Psicóloga
La entrada 5 remedios básicos para el agobio aparece primero en Espai Tau.