Nunca es demasiado tarde para estar físicamente activo, incluso los que empiezan relativamente tarde en la vida cosecharán beneficios significativos para la salud, según encontró un estudio publicado en la revista British Journal of Sports Medicine.
Los resultados muestran que, en comparación con la inactividad consistente, cuatro años de actividad física regular sostenida aumentaron en 7 veces la probabilidad de envejecimiento saludable, que significa no sólo la ausencia de enfermedad grave y discapacidad, sino también una buena salud mental, la preservación de las capacidades cognitivas, y la capacidad de mantener conexiones y actividades sociales.
Todo el mundo sabe que hacer ejercicio es beneficioso y es importante para la salud. Sin embargo, muy poca gente tiene la motivación necesaria para hacer del ejercicio parte de su vida. La buena noticia es que no es necesario apartar horas y horas cada día para obtener beneficios del ejercicio: apenas unos minutos diarios bastan si se trata de actividad física intensa o moderada. Y ahora, gracias a este estudio, sabemos que nunca es tarde para comenzar. Si eres mayor (o te estás haciendo mayor) y deseas disfrutar de un envejecimiento saludable entonces el ejercicio debe ser parte de tu rutina semanal.
¿Sabías que hay algunos ejercicios que tienen el efecto contrario y hasta te hacen envejecer más rápido? Mi colega Steve Holman explica cuáles son los ejercicios que tienes que evitar en este artículo: Este ejercicio acelera el ENVEJECIMIENTO de tu cuerpo (más 5 tips para lucir 10 años más joven). Steve también te enseña en esa página el formato específico de ejercicio que ayuda a revertir el envejecimiento.
Los investigadores dieron seguimiento a la salud de casi 3.500 personas, cuya edad promedio era de 64 años, durante más de ocho años. Los participantes describieron la frecuencia y la intensidad de la actividad física regular en 2002-3, y luego cada dos años hasta 2010-11. Sus respuestas se clasificaron como: inactivos (sin actividad moderada o vigorosa sobre una base semanal); moderadamente activos (al menos una vez a la semana); y vigorosamente activos (al menos una vez a la semana). A lo largo del estudio casi uno de cada 10 adultos de la muestra se convirtió en activo y el 70% se mantuvo activo. El resto permaneció inactivo o pasaron a la inactividad.
Al final del periodo de monitoreo casi cuatro de cada 10 habían desarrollado una condición a largo plazo; casi uno de cada cinco estaba deprimido; un tercio tenían algún grado de discapacidad; y uno de cada cinco sufrió deterioro cognitivo. Se observó un vínculo directo con la probabilidad de un envejecimiento saludable y la cantidad de ejercicio realizado.
Los que habían realizado con regularidad actividad física moderada o vigorosa por lo menos una vez a la semana tenían de tres a cuatro veces más probabilidades de ser adultos mayores saludables que los que habían permanecido inactivos. Los que comenzaron a ser físicamente activos durante el estudio también cosecharon beneficios positivos en comparación con aquellos que se mantuvieron inactivos y tuvieron más de tres veces más probabilidades de ser adultos mayores saludables. Y los que mantuvieron actividad física regular durante todo el período eran siete veces más propensos a ser adultos mayores saludables que los que habían permanecido constantemente inactivos.
"Este estudio apoya las iniciativas de salud pública destinadas a involucrar a los adultos mayores en la actividad física, incluso aquellos que son de edad avanzada", concluyeron los autores.
Referencia:
M. Hamer, K. L. Lavoie, S. L. Bacon. Taking up physical activity in later life and healthy ageing: the English longitudinal study of ageing. British Journal of Sports Medicine, 2013.
Fuente:
BMJ-British Medical Journal. "Regular physical activity in later life boosts likelihood of "healthy aging" up to sevenfold." ScienceDaily. www.sciencedaily.com/releases/2013/11/131125185600.htm