¡Buenos días! Empezamos la semana con una noticia reciente, y es que, Estados Unidos va a tomar medidas, y la FDA ordena eliminar las grasas trans de los alimentos procesados.
Como ya os contamos en este post sobre los tipos de grasas y sus ácidos grasos, las grasas trans, o también conocidas como grasas hidrogenadas, se forman por hidrogenación de los ácidos grasos insaturados en lo que su conformación de doble enlace se rompe formándose enlaces simples, dando lugar a moléculas más rígidas y menos fluidas.
Todos conocemos lo perjudiciales que son estas grasas y, sin embargo, seguimos comprando productos que las llevan aun a sabiendas de que son nocivas para nuestra salud. Por esta razón, la FDA (Food and Drug Administration), es decir, la agencia que regula los medicamentos y productos de alimentación, tras revisar la evidencia científica, ha anunciado que prohibirá el uso de las grasas trans en todos los productos por ser una amenaza contra la salud pública. "Los estudios muestran que la nutrición juega un papel clave en la prevención de problemas crónicos de salud (...). Las medidas tomadas van de la mano con otras iniciativas de la FDA para mejorar la salud de los estadounidenses", ha explicado en un comunicado Susan Mayne, directora del Centro de Seguridad Alimentaria.
Es decir, gracias a esta norma, se pretende reducir las enfermedades coronarias, ataques al corazón y también obesidad, que se asocian al consumo de este tipo de grasas.
Esta medida se aplica para todas las industrias alimentarias, y los fabricantes cuentan con un período de 3 años, hasta Junio del 2018, para eliminar los ácidos hidrogenados de los productos. La FDA considera este tiempo más que suficiente para que las empresas eliminen las grasas trans de los alimentos procesados como palomitas, galletas, bollería, margarinas, etc.
Sin embargo, esta no es la única medida que se ha tomado en relación con estos ácidos grasos. La prohibición del uso de grasas trans ha sido gradual. Ya en 2006, en la ciudad de Nueva York, se prohibió su uso en restauración y pastelerías y, ese mismo año, la FDA ya pidió a las industrias a poner en el etiquetado la cantidad de ácidos grasos trans que contenían los productos. Sin embargo, este etiquetado tenía un vacío legal, ya que si el producto contenía menos de 0,5 gramos por ración de consumo, podía indicarse que tenía 0 gramos de ácidos grasos trans. No parece una gran cantidad, pero se ha visto que si la persona comía más de una ración estaría, sin saberlo, consumiendo más cantidad de grasas trans de lo que debería.
Por esta razón, además de saber leer el etiquetado nutricional, deberíamos ser más concienzudos a la hora de leer los ingredientes que tienen los productos y alimentos que compramos.
Aunque de momento la medida sólo se aplica a las industrias americanas, no deja de ser un gran paso y, espero, que el inicio de nuevas reformas que nos beneficien (a nivel de salud) a todos como consumidores, y sea extensible a los demás países del mundo, no sólo en Estados Unidos. De hecho, hace casi una década algunos países como Dinamarca, ya limitaron extremadamente el uso de las grasas trans en los productos alimentarios.
Con esto me despido hasta el próximo día. ¡Feliz día!
Realizado por Cristina Vallespín Escalada