Lo primero que debemos saber es la diferencia entre la edad cronológica y la biológica. Una es la que el paso de los años nos va dando, pero otra, oculta es la edad de nuestro organismo. Esta segunda es la que nos dice cuán rápido corremos, a cuanto nos late el corazón y a qué velocidad envejecemos. Es por eso que hay personas que con 50 años tiene las habilidades y destrezas de una de 30. El principal factor que determina nuestra edad de envejecimiento es el sistema inmunitario, que a su vez está ligado al sistema nervioso.
Algunos estudios sugieren que la “calidad” de nuestro sistema inmune depende solo en un 25 % de factores genéticos y en un 75% del estilo de vida que tengamos. Por lo tanto, tenemos en nuestras manos la capacidad de controlar nuestra edad de envejecimiento. Dicha edad comienza a los 18, momento en el que de no tomar medidas nuestro cuerpo empieza a envejecer por encima de nuestra edad cronológica, por eso, reducir los malos hábitos, tanto de salud física como psicológica va a largar nuestra vida y sobre todo la calidad de la mismas.
Principalmente las medidas a tomar se articulan en 4 bloques diferentes:
Evitar hábitos negativos: Hablamos del consumo de alcohol, tabaco, pocas horas de sueño…
Hábitos alimenticios: controlar los excesos de carnes, consumir frutas y verduras, fibra, antioxidantes…
Hábitos físicos: Resulta interesante tener picos de intensidad en nuestra actividad para lograr desarrollar el sistema inmunitario, que al igual que nosotros, de no usarse se atrofia.
Hábitos de salud psicológica: Tratar de evitar aquellas situaciones que nos produzcan malestar, angustia o ansiedad y por el contrario tratar de fomentar aquellas que nos generen bienestar y tranquilidad. Está científicamente probado que las personas más solitarias, tristes o con tendencias a la depresión o nerviosismo, viven menos años, es decir la salud psicológica afecta a la física.
En definitiva podemos concluir que la clave para vivir más y mejor es entender nuestro cuerpo como un todo sin separar cuerpo y mente, pues uno afecta a lo otro. El objetivo, vivir más de 100 años, el cómo, lo mejor posible.