La alimentación en niños que están en pleno crecimiento es muy importante, sobre todo en etapa prescolar (3-6 años) y escolar (6-12 años). Hay que remarcar que es un momento de la vida en que se adquieren hábitos que pueden consolidarse con el paso de los años.
Para mejorar los hábitos consolidados o conseguir unos buenos hábitos en los niños podemos:
Dar ejemplo (comer fruta, desayunar, comer en la mesa con ellos, etc.)
Procurar que desde pequeños prueben alimentos nuevos y descubran nuevos sabores, texturas y presentaciones.
Variar los menús y huir de la monotonía y aburrimiento (hay que poner imaginación en la forma de cocinar y presentar los platos).
Dar más importancia al desayuno.
Fraccionar la alimentación y buscar regularidad en los horarios para evitar que piquen comida entre horas.
Equilibrar la alimentación del resto del día con la comida escolar.
Evitar convertir la hora de comer en un momento de conflicto y discusión.
Escuchar al niño cuando cree tener o tiene problemas de sobrepeso.
Limitar el consumo de dulces y golosinas.
Los últimos tres puntos son muy importantes y hay que recalcarlos.
Hay puntos críticos en la alimentación del niño ya que la no aceptación de determinados alimentos y preparaciones puede producir una manca de variación alimentaria y posibles situaciones carenciales. Tenemos que conseguir que coman de todo, en cuanto a variación y cantidad pero evitando que sea una guerra continúa.
Cuando el niño padece sobrepeso u obesidad tiene un problema de salud que hay que solucionar con la ingesta alimentaria. Pero si cree tener unos quilos de más que no son reales, también hay que darle importancia porque podría desencadenarse en una enfermedad psicológica. Por lo tanto son casos que tenemos que controlar y que no pasen desapercibidos.
El elevado consumo de bebidas refrescantes, dulces, pastelería y gominolas puede provocar:
Caries, debido a la baja higiene dental.
Sobrepeso y obesidad, porque estos alimentos aportan muchas calorías, y contienen muchas grasas saturadas y azúcares refinados.
Restreñimiento, porque no contienen fibra alimentaria (aparte muchos niños tampoco realizan actividad física).
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