Esta entrada está destinada a darte una visión general de las principales causas de una de las lesiones más desconocidas en el mundo del deporte y, por consiguiente, una lesión cuyo manejo se suele antojar bastante complicado. Te hablo de la tendinitis del tibial posterior, que con mejor criterio, se suele llamar tendinopatía del tibial posterior o disfunción del tendón del tibial posterior.
Como ya te comenté en un artículo anterior, la tendinitis del tibial posterior es una lesión por sobreuso que afecta al tendón del músculo tibial posterior, principalmente de corredores y senderistas, y que a menudo se suele confundir con la periostitis tibial.
A continuación te dejo un vídeo resumen con la definición, signos y síntomas, para que profundices un poco más en el tema:
Como acostumbro a hacer, voy a dividir la causas y/o factores de riesgo de esta lesión en dos grupos, errores de entrenamiento y material defectuoso y factores anatómicos y biomecánicos.
Errores de entrenamiento y material defectuoso
El siempre mencionado en este blog, demasiado, demasiado rápido, demasiado pronto. Cuando empiezas a correr más de lo que acostumbras, haces entrenamiento de velocidad o entrenamiento en cuestas, cuando tu cuerpo no está acostumbrado a ello. Esto se podría decir de otra manera, cuando aumentas el kilometraje, la intensidad y la frecuencia de tu entrenamiento demasiado y demasiado rápido. Todo incremento o cambio en tu entrenamiento debe ser paulatino, poco a poco.
Calzado inadecuado. Si tienes pies planos y tus tobillos tienden a pronar de manera excesiva (difícil saber qué es excesivo en cuanto a pronación se refiere), teóricamente, un calzado que reduzca dicha pronación va a reducir el estrés al que es sometido el tendón del tibial posterior.
Debilidad muscular. Cuando los músculos más importantes de la pantorrilla (por su labor en la flexión plantar de tobillo), sóleo y gemelos, son débiles, esto puede significar más estrés sobre el tendón del tibial posterior.
La técnica de carrera puede jugar un importante papel aquí, debido a que se cree que en función de como pises, habrá un mayor o menor estrés en unas articulaciones u otras. El correr apoyando en antepié (parte delantera del pie) va a poner más estrés en el área del tobillo y el correr en talón, en la zona de la rodilla.
Parece ser que una pobre flexibilidad de los músculos de la pantorrilla, juegan también su papel en la tendinopatía del tibial posterior.
Factores anatómicos y biomecánicos
Pronación excesiva, lo que se traducirá en un mayor estrés al que es sometido el tendón del tibial posterior.
Pies planos, lo que suele ir asociado al punto mencionado con anterioridad, la pronación excesiva.
Alto índice de masa corporal (IMC). Un alto índice de masa corporal significa fuerzas excesivas impuestas a los tejidos a causa del peso adicional y, por tanto, más posibilidad de lesionarte.
Otros causas y/o factores de riesgo a tener en cuenta son:
Enfermedades inflamatorias, como puedes leer en Posterior tibial tendon dysfunction: its association with seronegative inflammatory disease de Myerson M y col.
Fracturas de huesos que guarden relación con el tobillo y/o el pie, esguinces o golper directo.
La edad y sexo juegan un papel importante también, a mayor edad más riesgo y al parecer es más frecuente en mujeres de mediana edad.
Afección neurológica debida a la diabetes u otras enfermedades que cursen con neuropatía (afección nerviosa periférica).
Cambios degenerativos en las articulaciones del pie y tobillo que, directa o indirectamente, guarden relación con el tendón del tibial posterior.
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La fotografía es de domnio público de Pixabay.
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