La hipocondría es una afección carácter por una gran sensibilidad del sistema nervioso, con tristeza habitual y preocupación constante y angustiosa por la salud. Una característica esencial de la persona hipocondriaca es el miedo obsesivo a padecer una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de las sensaciones corporales u otros signos orgánicos.
El Malestar del Enfermo Imaginario
La hipocondría se refleja en la actitud que el individual adopta ante la enfermedad. Su interpretación catastrófica de los signos corporales más insignificantes es el mecanismo que desencadena el proceso. No se debe descartar que una persona hipocondriaca esté realmente enferma, pero en muchas ocasiones centra su atención en síntomas leves o imaginarios (mareos, dolor de cabeza, ) y no en los verdaderamente importantes. Asimismo, el exceso de atención emocional focalizado en una determinada función biológica puede llegar a generar síntomas orgánicos reales (reacciones psicosomáticas).
Vínculo entre las Emociones y las Enfermedades
En los casos graves se debe acudir al médico o al psiquiatra, para que prescriba la medicación adecuada. Los psicofármacos pueden ayudar a aliviar la sintomatología depresiva o la angustia excesiva.
Sintomatología
Los síntomas esenciales de la hipocondría se pueden clasificar en tres tipos:
. Cognitivos: preocupación por el propio cuerpo y por padecer una o varias enfermedades . Pensamientos recurrentes sobre síntomas, enfermedades y sus consecuencias y automovación excesiva de las funciones del organismo y tendencia a verlas como señal de enfermedad.
. Emocional-fisiológicos: ansiedad, temores infundados y cambios en el estado de ánimo.
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. Conductuales: hablar constantemente a personas cercanas y extrañas, de las dolencias y los síntomas que se cree padecer. Búsqueda de información en diferentes fuentes a través de libros o internet o de otros enfermos y familiares. Repetida manipulación de análisis de diferentes partes del cuerpo para realizar comprobaciones, e incluso de las cantidades y la composición de los alimentos. Aumento de las visitas a médicos y especialistas, desconfianza y deterioro de las relaciones con éstos. Disminución de otras actividades, sobre todo de las que implica responsabilidad social o laboral, para consagrarse al cuidado de la enfermedad imaginaria.
Diagnóstico y Tratamiento
Una vez que se haya descartado que el paciente padezca alguna dolencia física, es conveniente estudiar la posibilidad de que sufra un trastorno psicológico si mantiene su preocupación y dudas acerca de su estado de salud. El tratamiento más usual combina la prescripción de medicamentos para controlar la ansiedad con terapias cognitiva-conductuales.
Biodescodificación y Emociones
Criterios de Diagnóstico
. Hay que distinguir entre la persona hipocondriaca y la aprensiva. En la hipocondría , el malestar es significativo y afecta a la vida laboral, social y otros aspectos importantes de la vida del sujeto.
. Según la Organización Mundial de la Salud, para considerar a un paciente como hipocondriaco, este ha de estar convencido de padecer como máximo dos enfermedades gravez y debe conocer, al menos, el nombre y la sintomatología de una de ellas.
. La duración del trastorno debe ser de al menos seis meses. Los médicos deben descartar primero que el paciente presente alguna enfermedad física.
. En psiquiatría, la actitud hipondriaca aparece como un síntoma en algunas formas de depresión endógena, especialmente en personas ancianas.
Al inicio de las consultas terapéuticas, el hipondriaco debe asistir a la terapia una vez por semana. Cuando el trastorno empiece a estar controlado, las visitas se espacian quincenalmente.
Tratamiento psicoterapéutico
Uno de los tratamientos aplicados en este tipo de pacientes es la llamada terapia de apoyo, en la que se escuchan atentamente las quejas del enfermo, con el objetivo de establecer un vínculo terapéutico estable que le permita reducir la ansiedad. Sin embargo, los tratamientos más eficaces son las terapias cognitivo-conductuales. Entre las técnicas utilizadas por éstas destacan las siguientes:
. Técnicas de relajación: ayudan a cambiar el foco de atención y orientan el pensamiento del paciente hacia temas positivos, para reducir así sus temores.
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. Técnicas paradoxical: se propone al hipocondriaco que se exponga voluntariamente a los síntomas temidos. Con ello, se pretende que descubra que puede adquirir cierto control sobre dichos síntomas y que llegue a considerarlos como señales normales.
. Técnica de asertividad: se basa en mejorar la autoestima del paciente. Se cree que en la medida que la persona logre ver el lado bueno de sí misma y de la realidad, mejorará su vida social , y su comunicación dejará de girar en torno a sus dolores y quejas.
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