Frase: El grado de afectación que ha alcanzado el desarrollo del trastorno de su vida diaria, el ambiente, el apoyo social del que disponga el paciente, la personalidad y motivación de la persona hacia el tratamiento, hacen que favorezca su pronóstico o por el contrario lo dificulta. Psicóloga Laura Corrochano.
La psicóloga forense, Laura Corrochano, nos habla sobre la hipocondría, actualmente denominada trastorno de ansiedad por enfermedad. ¿Cuáles son los síntomas? ¿Cómo se trata?
Síntomas a nivel cognitivo:
Quien lo padece teme por su salud, cree tener diversas dolencias y se preocupa por los síntomas, presta especial atención a lo problemático que encuentra de él, acumulando información negativa sobre su estado físico y por ende no percibe las partes sanas de su cuerpo. Cuando se descartan estos, busca nuevos motivos de preocupación.
Los temores frecuentes están relacionados con posibles errores o descuidos médicos, resultados de pruebas que realizan o mal diagnóstico.
Síntomas emocionales y fisiológicos:Cambios de estado de ánimo, baja autoestima, ansiedad... Es muy llamativo la cantidad de problemas somáticos diferentes que se pueden llegar a experimentar, los más frecuentes son las molestias gástricas y dolores de espalda.
Síntomas Conductuales:Tiende a recurrir a especialistas, revisiones, análisis y pruebas diagnósticas constantes, muchas veces innecesarias. Hay casos en los que se evita el contacto con los médicos y centros sanitarios para que no se confirmen sus sospechas.
Los temas de los que suelen hablar es de salud y enfermedad. Buscan información sobre los síntomas y enfermedades por diferentes medios de información (cibercondría, término utilizado para la búsqueda obsesiva de información a través de internet, por las distintas web y foros. Recurriendo al autodiagnostico y automedicación, con el consiguiente peligro para la salud). Acumulan fármacos y en algunas ocasiones abusan de ellos.
Las personas que rodean al sujeto suelen estar de acuerdo cuando dicen que sus quejas son excesivas, llamando la atención por su dramatización y no por el sufrimiento.
¿Cómo se diagnostica?
Hay comportamientos específicos de las personas que lo sufren en comparación con el resto de la población, que permite el diagnóstico.
La APA (American Psychiatric Association), a través del DSM-V, Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales ha eliminado el término hipocondría recibiendo en su clasificación el nombre de "Trastorno de ansiedad por enfermedad", y conformando los siguientes criterios diagnósticos:
Preocupación por padecer o contraer una enfermedad
No existen síntomas somáticos y si los hay son leves. Si existe una afectación médica la preocupación es desproporcionada
Alto grado de ansiedad
Comportamientos excesivos relacionados con la salud
La preocupación está presente al menos seis meses, aunque la enfermedad temida puede variar en ese tiempo
La preocupación no se explica por otro trastorno mental de tipo: Con evitación de asistencia, o Con solicitud de asistencia
¿Cómo se trata?
En la mayor parte de los casos se trata de un problema que no mejora por sí solo, pueden experimentar momentos en los que se sienten más tranquilos, pero no quiere decir que haya desaparecido la problemática. Hay que recibir atención especializada.
Previamente hay que conocer la experiencia de la persona con el personal médico y si hay razones para su preocupacion o no, es difícil hacer ver al paciente que es él mismo el origen de sus miedos, si no se tiene información previa.
Uno de los tratamientos que actualmente se utiliza y es eficaz es la terapia cognitivo-conductual. Su objetivo es que el paciente interprete de una forma adaptativa, lo que siente y los síntomas que tiene, así como superar el miedo que presenta ante el tema enfermedad-salud.
Durante el tratamiento se trabaja el pensamiento asociado a estos constructos mostrando de una manera racional el problema y se expone al paciente a los miedos para que sea capaz de controlarlos.
¿Cuál es el pronóstico?
Es un trastorno considerado como crónico, con periodos de remisión. Si se trata lo antes posible y adecuadamente, los factores cognitivos, emocionales y conductuales, como los pensamientos, ansiedad y del estado de ánimo, y conducta, se puede conseguir la adaptación y disminución del sufrimiento de la persona de una forma considerable.
El grado de afectación que ha alcanzado el desarrollo del trastorno de su vida diaria, el ambiente, el apoyo social del que disponga el paciente, la personalidad y motivación de la persona hacia el tratamiento, hacen que favorezca su pronóstico o por el contrario lo dificulta.
Recomendaciones generales
Independientemente de la afectación psicológica o física que nos cause malestar, tenemos que buscar ayuda por parte de un especialista en la materia.
En el caso de la hipocondría, la búsqueda recurrente de información para explicar los síntomas y padecimientos, no hace sino, agravar la situación problema, dificultando el posterior tratamiento.
Cada vez son más los que buscan por curiosidad o por simple necesidad, remedio y aclaraciones a su malestar, haciendo que el riesgo de autodiagnóstico y automedicación genere un problema aún mayor
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Artículo original escrito por:
Laura Corrochano Cabo
Psicóloga forense
"Centro Médico C&C"
Torrijos
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