La salud emocional es profundamente compleja. Esta es una de las razones por las que conviene recordar que más allá de los rasgos comunes o los parámetros similares de un diagnóstico de depresión, es determinante comprender que, a veces, esta tristeza queda enmascarada en una actitud que va más allá de la máscara de la tristeza. La tristeza puede latir en el corazón del protagonista, incluso aunque no percibas de forma visual en ese amigo, esas señales que asocias con la depresión: cansancio generalizado, pensamiento negativo, desmotivación, llanto…
Las personas somos complejas porque todos en algún momento hemos sonreído sin ganas, con la motivación de no mostrar nuestro verdadero dolor interior. Cuando esta actitud se torna frecuente, cuando la persona enmascara un sufrimiento que le corroe por dentro en una aparente actitud de normalidad que refleja una media sonrisa (que no nace del alma sino del disimulo), entonces, conviene reflexionar al respecto.
Causas por las que ocultamos la tristeza
1. Pensamos que con el tiempo, esos síntomas irán pasando. Creemos que con el fluir de los días, retomaremos nuestros estado de ánimo habitual. No solemos cometer el error de no ir al médico cuando tenemos fiebre. Pues bien, deberíamos recordar que la tristeza recurrente es una señal de fiebre en salud mental.2. No querer preocupar a los demás. Una persona también puede adoptar un rol de fortaleza para no disgustar a otras personas que saben que están pasando un mal momento. Es el deseo de querer evitar un sufrimiento a los seres más cercanos.
3. Soledad. Tal vez, la persona ha desconectado de sus lazos más sólidos y tiene una red de vínculos superficiales. Tal vez no tenga confianza para mostrar cómo se siente y prefiere reflejar un aparente bienestar.
4. La imposición de la alegría. Solo tienes que observar Instagram para comprobar cómo, ese escaparate de fotos es un reflejo de momentos de película, escenas increíbles y una vida marcada por el optimismo. En una era visual como la actual, la influencia que producen las imágenes en el inconsciente es mayor de lo que pensamos.
5. Personas muy reservadas. Personas que son grandes oyentes pero tienen grandes dificultades para hablar de sí mismas.
6. Mensajes interiorizados. Pensamientos centrados en un mensaje: “Tengo que ser fuerte”.
Razones para no ocultar la tristeza
La tristeza duele más todavía cuando se reprime. Disimular un dolor no significa sanarlo. Y así como el riesgo de no atender un síntoma de salud corporal es que te afecta a nivel psicológico, este mismo mensaje también lo puedes aplicar a nivel emocional.Expresar la tristeza te permite reconocerte y mostrarte como estás en este momento. Te permite proyectarte a partir de tu estado natural con tus amigos más cercanos o con aquellas personas con las que te apetezca hablar de tu situación. Sin embargo, la sonrisa no cura la tristeza cuando esta expresión facial no es sincera, sino un escudo protector para tapar el malestar.