La depresión navideña hace referencia a ese bajón anímico que sienten tantas personas justo cuando llega la Navidad y experimentan el sabor amargo de una nostalgia que parece invadirlo absolutamente todo. De pronto, la Navidad se convierte en un giro inesperado de la película mental de la vida de esa persona que observa las ausencias, más que las presencias. Este tipo de tristeza está muy relacionada con esa sensación de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Es decir, la persona siente que no hay nada que pueda ser comparable con la alegría de la niñez.
5 causas de la tristeza navideña
1. Un divorcio reciente. Una ruptura matrimonial obliga a los protagonistas a tomar muchas decisiones importantes. Una de ellas es ajustar las fechas del calendario de celebración porque los niños pasarán unos días con la familia materna y otros con la familia paterna. Estos cambios pueden producir un vacío emocional, especialmente, durante el primer año de divorcio.
2. Rechazo generalizado hacia la Navidad. Por alguna razón, la persona ha adoptado una actitud de rechazo constante hacia estas fiestas. De este modo, se queja constantemente por todo y no hay nada que pueda hacerle cambiar de opinión. En este caso, la depresión navideña se convierte en una dinámica que nace, principalmente, de esta predisposición negativa.
3. Problemas económicos. Es cierto que la Navidad no está determinada por el nivel de ingresos. Sin embargo, desde el punto de vista social, este periodo del año trae consigo unas tradiciones que afectan al presupuesto. Por ejemplo, gasto de regalos, compra de alimentos más caros para los días señalados, gastos sociales… Los problemas económicos que siempre son preocupantes pero que son más visibles en esta época del año pueden producir un estrés añadido a nivel psicológico.
4. Problemas familiares. Algunas familias se reúnen durante la Navidad a pesar de que literalmente acumulan un montón de tensiones, conflictos y problemas de comunicación. De un modo natural, cuando estos problemas familiares son la inercia habitual, es lógico que las personas se sientan poco receptivas para la celebración de las fiestas de fin de año. Sencillamente, porque a nadie le gusta compartir un plan cuando existe una mala energía en el grupo.
5. Muerte de los padres. Los padres generan unidad en la familia, unen a los hijos en torno a la mesa. La muerte de los padres suele notarse mucho en el propio modo de celebrar estas fiestas. Y en ese caso, puede surgir ese vacío de echar de menos algo que ya no se tiene.
Cómo superar la depresión navideña
Intenta estar conectado e integrado en las celebraciones, es decir, evita el aislamiento porque esta actitud solo agrava el malestar de la soledad. No te fuerces a sentir alegría si realmente no te nace de dentro, pero tampoco te compadezcas a ti mismo porque esto solo te perjudica a ti.
Márcate algún objetivo personal que quieres cumplir esta Navidad y concentra tu atención en cumplir esa meta.