El mundo emocional de un ser humano está lleno de matices. Tanto es así que conviene evitar confundir la depresión con la tristeza, dos sentimientos que no siempre se dan la mano. ¿Cuál es la diferencia entre la tristeza y la depresión?
La tristeza es un sentimiento natural y la depresión es incapacitante
La tristeza es un sentimiento natural, una respuesta que nace como un acto secundario ante un estímulo de naturaleza también triste. Por ejemplo, un desamor, una derrota laboral, el fracaso profesional, la decepción de un amigo… Sin embargo, cuando una persona se siente triste, de un modo tan natural como cuando está alegre, continúa con las tareas cotidianas de su vida frecuente.
Por el contrario, la depresión es una enfermedad y como tal puede tener una capacidad limitante de las capacidades personales. Así lo muestra el hecho de que algunas personas necesitan un periodo de baja laboral como consecuencia de una depresión grave.
Estar triste no es estar deprimido
Conviene tener cuidado con el uso del lenguaje cotidiano, sencillamente, porque cuando utilizas la expresión “me siento deprimido” para hacer referencia a un estado de tristeza normal, descontextualizas el verdadero significado de la depresión.
La depresión es una enfermedad que, como tal, tiene un diagnóstico que está acompañado por distintos síntomas que son la manifestación de un tipo de depresión que puede ser exógena, es decir, vinculada a una causa externa o endógena, es decir, inherente al propio paciente.
La tristeza se alivia con el paso de los días
Cuando una persona sufre la tristeza por una causa objetiva, su sentimiento es más intenso en los primeros días y se suaviza con el paso del tiempo. Sin embargo, una depresión no tratada a tiempo, genera una tristeza que puede cronificarse por no haberse resuelto antes de forma terapéutica.
Es decir, una persona no siempre necesita ir al psicólogo para tratar una tristeza natural, sin embargo, sí debe pedir ayuda ante cualquier situación de depresión.
Sin embargo, aunque conviene no confundir tristeza y depresión, también es importante observar la relación que existe entre ambas. Cuando una persona sufre una tristeza considerable durante un periodo superior a quince días, siendo este sentimiento un motivo de dificultad para la realización de las tareas cotidianas, entonces, es importante pedir ayuda especializada. Aquel que sufre depresión tiene desmotivación, incluso, para iniciar la jornada a primera hora y levantarse de la cama.
La tristeza produce un estado de ánimo
Sin embargo, la depresión afecta al ser, es decir, al núcleo integral de la persona. El paciente de depresión se siente como si todo su organismo y su mundo interior estuviese debilitado por un dolor.
Pérdida de placer vital
La tristeza no excluye la capacidad de conectar con otros estados emocionales más alegres. Sin embargo, la depresión sí roba gran protagonismo al poder de disfrutar de los detalles más sencillos de la rutina cotidiana. Por ejemplo, las aficiones.