¿Cuándo se considera normal tener un período menstrual corto?
Existen dos momentos en la vida de una mujer en que esto se puede considerar normal por alteraciones hormonales. Uno de ellos es el año después de la menarquia (primer período) y 3-4 años antes de la menopausia, es decir, durante la perimenopausia.
En esas etapas se pueden observar ciclos anovulatorios, ya que las nuevas condiciones del organismo no proporcionan la secreción suficiente de hormonas. Además las paredes del endometrio no se engrosan totalmente para la posible implantación, dando como resultado que no se acumule suficiente sangre menstrual.
También hay que señalar que los períodos cortos son normales en mujeres que toman anticonceptivos hormonales. Tales fármacos provocan deliberadamente que en algunos ciclos el óvulo no madure y falle su liberación desde el folículo, contribuyendo a la minimización de los períodos.
¿Qué puede significar tener períodos cortos de forma permanente?
Para algunas mujeres tener períodos de 1 o 2 días es algo permanente. Esto puede ser el caso de una patología del tracto genital, presentado por un desarrollo insuficiente de las características sexuales secundarias (pechos subdesarrollados, problemas de crecimiento de cabello, etc.) y la infertilidad.
Un examen médico minucioso puede revelar trastornos de desarrollo en los genitales internos, o sea en el útero y los ovarios. Las condiciones que van acompañadas de períodos muy cortos incluyen:
Síndrome Triple X, trastorno genético asociado con anovulación crónica.
Síndrome de Asherman, adherencias en la cavidad uterina que no permiten el normal crecimiento y transformación mensual del revestimiento endometrial.
¿Qué puede indicar un período corto, si se observa por primera vez?
La alteración del equilibrio hormonal, en particular los episodios de anovulación, constituye la causa más común de reducción en el sangrado menstrual. La anovulación puede ser provocada por:
Síndrome de ovario poliquístico (SOP)
El síndrome de ovario poliquístico o síndrome de Stein-Leventhal presenta un conjunto de síntomas clínicos, incluyendo alteración en el crecimiento del óvulo, hipomenorrea o retraso en los períodos, patrón masculino de distribución del vello corporal, obesidad y aumento de los ovarios poliquísticos. El primer paso que se suele dar en el tratamiento de esta patología es el uso de anticonceptivos orales para la regulación del ciclo menstrual.
El hipotiroidismo
La insuficiencia en la producción de la glándula tiroides influye en la secreción de hormonas sexuales, lo que resulta en la perturbación de los períodos, pudiendo aparecer en forma de sangrado ligero por 1-2 días.
Astenia nerviosa
El estrés psicológico grave en algunos casos se acompaña de interrupción hormonal, especialmente con la insuficiencia de gonadotropina. Un largo retraso o un período extremadamente corto se puede observar como una respuesta del organismo ante el estrés. En estos casos la hipomenorrea se puede revertir mediante la restauración de los recursos psicoemocionales normales.
El cambio radical de zona climática
Trasladarse a un lugar muy distante también puede afectar la producción de hormonas, disminuyéndola. Esto se expresa mediante la escasez o el retraso de los períodos por hasta 2 ciclos.
Sobrecarga física
Las actividades deportivas profesionales presentan un peligro para las mujeres en cuanto a la alteración del equilibrio endocrino. Específicamente el balance entre estrógenos y andrógenos puede resultar afectado, lo que a su vez influye en el ciclo y en la duración de los períodos. Estas mujeres deben modificar sus entrenamientos para reestablecer sus niveles hormonales normales.
La pérdida repentina de masa corporal
La grasa es de vital importancia para la regulación endocrina del ciclo menstrual. Cuando el peso de una mujer queda por debajo de cierto nivel crítico, sus períodos pueden ser intermitentes o durar sólo 1-2 días. Una solución al problema puede ser consumir una dieta menos magra, tratando de aumentar el peso corporal.
Las adherencias desarrolladas en la cavidad uterina también se deben mencionar entre las causas del período corto, que no están asociadas directamente con las hormonas. Las mujeres con antecedentes de endometritis o complicaciones infecciosas después de un aborto pueden presentar menstruaciones escasas de uno o dos días. Al igual que en el síndrome de Asherman, esta situación implica atrofia del revestimiento endometrial, transformado bajo la influencia de los cambios cicatriciales.
Siempre se debe consultar inmediatamente a un especialista en caso de presentar períodos cortos desde la infancia o si se acompañan de otras irregularidades como retraso en el desarrollo, sangrado patológico o infertilidad.