En los últimos años, el concepto de alimentación consciente ha ganado popularidad, y sobre todo es el nombre que han adoptado muchas personas que enseñan macrobiótica. Lamentablemente muchas veces se confunde con simplemente “comer sano”. Sin embargo, la alimentación consciente va mucho más allá de elegir alimentos saludables; se trata de una conexión profunda con lo que comemos, cómo lo comemos y cómo nos hace sentir.
Adoptar una alimentación consciente implica cambiar la manera en que nos relacionamos con la comida, desarrollando una mayor presencia en cada bocado y aprendiendo a escuchar lo que nuestro cuerpo realmente necesita. En este artículo exploraremos qué significa realmente llevar una alimentación consciente y cómo empezar a practicarla en el día a día.
1. Comer con Atención Plena: Estar Presentes en Cada Bocado
Uno de los pilares de la alimentación consciente es la práctica de la meditación activa en el momento de la comida (lo que ahora se hace llamar mindful eating y que hace muchísimo tiempo llevamos practicando en macrobiótica). Esto significa estar presente en el momento de la comida, sin distracciones como el teléfono, la televisión o el estrés del día.Podría decirte que más del 70% de problemas digestivos que se producen en la actualidad se producen por una falta de conciencia en el momento de la comida. Masticar poco, con ansiedad, prisas, sin estar presente en lo que estás haciendo, provoca digestiones más pesadas y a la larga produce problemas en todo el tubo digestivo, desde gastritis crónica hasta SII (Síndrome del Intestino Irritable)
¿Cómo poner en práctica la consciencia en el momento de la comida?
Te dejo aquí algunas pautas necesarias para conseguir esta consciencia. Son ejercicios que aparentemente son fáciles, pero no los subestimes. La constancia y la práctica diaria es la que dará los mejores resultados.
Tómate unos segundos antes de empezar a comer para observar el plato y agradecer los alimentos. Mantén los 5 sentidos: mira los colores, inhala los aromas y percibe los diferentes olores. Mueve un poco los alimentos del plato para observar sus texturas.
Mastica lentamente, disfrutando cada sabor y textura. Aquí el tacto y el sabor entran en acción. Te darás cuenta de que los alimentos que masticas mucho cambian de sabor. Observa todo esto.
Evita comer frente a pantallas o en situaciones de estrés. Si estás con ansiedad tómate unos minutos para relajarte con algo de música tranquila o una meditación sencilla.
Este simple cambio no solo mejora la digestión, sino que también permite reconocer mejor las señales de hambre y saciedad.
2. Escuchar las Señales del Cuerpo: Comer Según Necesidad, No por Rutina
Muchas veces comemos por hábito, por emociones o simplemente porque “es la hora de comer”. La alimentación consciente nos invita a preguntarnos: ¿Tengo hambre realmente? ¿De qué tengo necesidad?Consejos para identificar el hambre real:
Respeta las señales de saciedad en lugar de comer por obligación o costumbre. Si no tienes hambre y es la hora de comer, no fuerces. Pero evidentemente esto debe responder a una situación donde antes has comido en exceso, escuchar las señales no es forzar a tu cuerpo a no comer ( TCAs fuera por favor).
Si tienes ansiedad, antes de lanzarte a comer, respira profundamente, relájate, toma una bebida caliente y mira a ver qué pasa. Si sigues teniendo hambre entonces come de forma lenta.
No te calientes mucho la cabeza con el hambre física y el hambre emocional, los dos tipos de hambre desde mi punto de vista se deben satisfacer, pero desde la mesura y el equilibrio.
Comer solo cuando realmente lo necesitamos nos ayuda a mejorar la digestión, evitar excesos y desarrollar una relación más equilibrada con la comida.
3. Elegir Alimentos Naturales y de Calidad
La alimentación consciente no solo trata de cómo comemos, sino también de qué comemos. Elegir alimentos naturales, frescos y mínimamente procesados es clave para nutrir el cuerpo y mantener un equilibrio energético estable.Una alimentación también es consciente entendiendo que los alimentos que llegan a tu casa han seguido un proceso adecuado y han sido tratados convenientemente. Sin caer en la obsesión puedes tener cuidado por tus alimentos.
Algunas claves para una elección consciente de tus alimentos:
– Prioriza alimentos integrales ecológicos como cereales enteros, legumbres y verduras. Ten en cuenta también que sean de la estación y de proximidad.
– Evita productos ultra procesados que contengan aditivos artificiales o azúcares añadidos.
– Lee la composición de los alimentos que compras, aprende a entender las etiquetas.
Ser consciente de dónde provienen nuestros alimentos nos ayuda a tomar mejores decisiones para nuestro bienestar y el del planeta.
4. Conectar con la Energía de los Alimentos
Desde la macrobiótica, en la que está basada la alimentación consciente, cada alimento tiene una energía que influye en nuestro estado físico, mental y emocional. La alimentación consciente te invita a observar cómo nos sentimos después de comer ciertos alimentos, así entendemos qué efecto tienen para poder utilizarlos a nuestro favor en el futuro.Ejemplo de conexión con los alimentos:
Después de una comida equilibrada con cereales integrales, verduras y proteínas vegetales, solemos sentirnos ligeros/as y con energía estable.
Tras consumir azúcar refinada o harinas blancas, muchas veces aparece fatiga, irritabilidad o sensación de pesadez.
Llevar un diario de alimentación puede ayudarte a identificar qué alimentos te hacen sentir mejor y cuáles afectan tu bienestar. Escribe cada día lo que comes y cómo te has sentido durante el día. Las conclusiones que puedes extraer te sorprenderán.
5. La Masticación: Un Paso Clave para la Digestión y la Conciencia
Un hábito fundamental de la alimentación consciente es masticar bien los alimentos. Este simple acto mejora la digestión, reduce la hinchazón y permite absorber mejor los nutrientes.Consejos para mejorar la masticación:
Mastica cada bocado entre 20 y 30 veces antes de tragar.
Evita comer con prisas o mientras haces otras actividades.
Prueba a dejar los cubiertos en la mesa entre bocados para comer más despacio.
Cuanto más triturados lleguen los alimentos al estómago, menos esfuerzo necesitará el sistema digestivo, lo que evita problemas como la acidez o el estreñimiento.
6. Alimentación y Emociones: Una Relación Inseparable
Muchas veces recurrimos a la comida no por hambre, sino como una respuesta emocional. Comer de manera impulsiva o para calmar el estrés, la ansiedad o la tristeza es algo común, pero nos aleja de la verdadera alimentación consciente.De lo que acabamos de ver más arriba, los alimentos tienen un efecto, que puede ayudar a contrarrestar nuestras emociones, por eso muchas veces comemos determinados alimentos para gestionar algunas emociones. Esto no es malo siempre que no lo llevemos al extremo.
Cómo desarrollar una relación más saludable con la comida:
Antes de comer, pregúntate cómo te sientes y si realmente tienes hambre.
Encuentra otras formas de gestionar las emociones, como caminar, escribir un diario o practicar respiración consciente.
No te castigues si comes emocionalmente; en su lugar, obsérvalo sin juicio y busca maneras de equilibrarlo.
La clave no es restringir alimentos ni seguir dietas estrictas, sino comprender qué rol juega la comida en nuestras emociones.
7. Honrar tu comida: Un Acto de Gratitud y Respeto
En muchas culturas tradicionales, la comida es un momento sagrado. En la vida moderna, muchas veces comemos rápido y sin pensar. Todo el proceso desde que escogemos los alimentos para cocinar hasta que llegan a nuestra boca deben tener un punto consciente.Formas de honrar la comida:
Dedica unos segundos a agradecer los alimentos antes de cada comida.
Cocina con presencia y amor, sin estrés y sin confusiones o con descentramiento mental.
Comparte la comida con otras personas y disfruta del momento. Elimina las distracciones de la televisión, teléfonos móviles, etc.
Estos pequeños cambios transforman por completo la experiencia de comer, volviéndola más placentera y satisfactoria.
8. Rompiendo Mitos: Alimentación Sana vs. Alimentación Consciente
Muchas personas confunden la alimentación consciente con simplemente comer sano. Sin embargo, una dieta saludable puede seguir siendo rígida o desconectada de las necesidades reales del cuerpo.Diferencias clave:
Alimentación sana: Se enfoca en los nutrientes, las calorías y los aspectos físicos de la comida. Lamentablemente muchas veces se centra también en modas alimentarias en las que te venden productos o alimentos caros con supuestas propiedades muy beneficiosas para tu salud.
Alimentación consciente: Se centra en la relación con la comida, la calidad de la experiencia y el impacto en el bienestar general. Y tiene un mayor impacto en la salud que solamente llevar una alimentación sana.
Puedes comer de manera saludable pero sin ser consciente de tus hábitos, o puedes comer con conciencia y equilibrio sin obsesionarte con reglas estrictas. Lo ideal es encontrar un punto medio.
Conclusión: La Clave para una Relación Equilibrada con la Comida
Llevar una alimentación consciente es un proceso de autoconocimiento que transforma la manera en que nos relacionamos con la comida y con nuestro cuerpo. No se trata de prohibiciones ni de reglas rígidas, sino de aprender a escuchar, respetar y nutrirnos de manera integral.Si quieres profundizar en este enfoque y aprender la diferencia entre una alimentación sana y una alimentación consciente, te invito a mi Webinar Alimentación Sana vs. Alimentación Consciente.
Apúntate ahora y empieza a transformar tu relación con la comida.
ME APUNTO GRATIS AL WEBINAR