Las creencias son pensamientos o ideas que das por verdaderas y ciertas, sin cuestionar si lo son en realidad. Las aceptas tal cual porque admiras a la persona que te la transmite, porque encaja con las ideas que ya tenías, o porque la mayoría de la gente lo cree así. Se van incorporando a tu vida a través de diferentes maneras:
una experiencia: por ejemplo, no puedo montar en bici porque una vez me caí;
porque alguien me lo ha contado: por ejemplo, mi padre me dijo que el arte no es un trabajo de verdad, nunca me dará de comer;
por costumbre o cultura: quien mejor puede cuidar a un hijo, es la propia madre
Vamos a ver algunos ejemplos de creencias limitantes y creencias impulsoras para que veas las diferencias. Imagina primero, cómo sería tu vida si creyeras alguna de estas ideas que te comparto a continuación:
mi hijo solo puede dormirse conmigo,
yo no puedo decirle lo que pienso,
no tengo tiempo para nada,
siempre me sale todo mal,
no soy capaz de crear un hábito,
nunca conseguiré cumplir mi meta
Ahora imagina cómo te cambiaría la vida si creyeras estas otras ideas:
soy capaz de lograr todo lo que me proponga,
mis hijos estarán bien aunque yo no esté,
puedo decir lo que pienso con respeto,
yo puedo crear tiempo para mi,
a veces, las cosas también me salen bien,
yo puedo crear un hábito cuando lo decida,
puedo alcanzar mis metas y cambiarlas cuando ya no me motivan…
¿Qué te parece esta nueva perspectiva? ¿ves la diferencia? Ahora imagina que existe una forma de cambiar unos pensamientos por otros y está en tu mano trabajar en ello para eliminar límites sin fundamento
Tener creencias es fundamental para vivir, son un soporte que te ayuda a tomar decisiones, evitar peligros o desarrollar tus capacidades. Sin embargo, no todas las creencias que tienes son ciertas y, por tanto, no todas te ayudan. Para que las creencias cumplan bien su función y te ayuden a crecer, es necesario revisarlas.
¿CÓMO SE TRABAJAN LAS CREENCIAS?
Para trabajar tus creencias y transformarlas en una herramienta impulsora y no limitante, hay que empezar por analizar su origen. Debes preguntarte de dónde viene esa idea, quién o qué te la transmitió, por qué la diste por verdadera y qué hechos la sustentan. Vamos a ver un ejemplo:
Yo de pequeña pensaba que a las mujeres se les daba mejor cocinar y a los hombres el bricolaje. Sin embargo, al analizar de dónde me venía esta idea, me di cuenta que simplemente era lo que había visto siempre en mi familia. Las mujeres de mi familia (tías, abuelas) eran grandes cocineras, cierto. Pero lo eran porque llevaban años cocinando. Los hombres en cambio, (tíos, abuelos) eran buenos con el bricolaje porque siempre se habían encargado de estas cuestiones.
Y analizando un poco más a fondo, observé que en algunos matrimonios, aun siendo la mujer más mañosa para el bricolaje, era el hombre quien asumía la tarea, por ejemplo. Y que los hombres no sabían cocinar básicamente porque no se metían en la cocina.
Y si vamos todavía más allá de la mera observación, te das cuenta de que no hay ningún estudio científico que respalde aquella idea de mi infancia. De hecho, está más que demostrado que los hombres pueden ser excelentes cocineros y las mujeres geniales con el bricolaje.
Si a mi me volviera loca el bricolaje y hubiera mantenido esa creencia, viviría frustrada pensando que jamás podría dedicarme a ello. O ni siquiera estaría frustrada porque tendría asumido que el bricolaje no es para mi, aunque me gustara. Directamente no se me pasaría por la cabeza hacer nada relacionado con el bricolaje.
Cuando detectas el origen de una creencia y descubres que no está basada en hechos reales y suficientes que la confirmen, ella sola se desmonta. Una vez llegada a este punto, toca formular la creencia en positivo, es decir, transformarla para convertir el límite en impulso.
Siguiendo con el ejemplo que te ponía antes, la creencia quedaría así: las personas pueden cocinar, hacer bricolaje o, seguramente, cualquier otra cosa que se propongan. Y si hacer bricolaje es algo que para mí es importante, la idea final deberías formularla en primera persona: yo puedo hacer bricolaje.
Ahora ya sabes cómo desmontar una creencia limitante y transformarla en un mensaje positivo e impulsor. Pero entonces viene lo difícil:
CÓMO IDENTIFICAR LAS CREENCIAS LIMITANTES
Identificar tus creencias no es fácil, porque son ideas que se graban en tu mente como verdades absolutas. Son cosas que nunca te cuestionas y sobre las que has ido construyendo toda tu existencia. Así que es muy posible que al principio, muchas de ellas pasen desapercibidas.
Una forma sencilla de identificar creencias limitantes consiste en anotar los mensajes negativos que te dices durante el día. No te costará encontrarlos porque la mayor parte de los mensajes que nos dedicamos a nosotros mismos son negativos: vaya pelos llevas hoy (cuando te miras al espejo), no tenía que haberme puesto este vestido, por qué habré hablado, quién me mandaría meterme en esto, tenía que haber terminado esta tarea, que mal te organizas, estás tonta, tenía que haberme acostado antes, qué mala suerte tengo, por qué todo me cuesta tanto a mi
Son mensajes superfluos y quizá muchos de ellos quedarán desmontados con solo pensar de forma consciente en ellos. Sin embargo, te animo a que apuntes todos. Hasta el más absurdo o banal de estos mensajes. Porque en su conjunto, son muchos mensajes negativos que podrían estar poniendo límites a tu día a día sin que te des cuenta. Muchos mensajes que, formulados en positivo, ¡¡podrían transformar tu vida!!
Así que, anota uno a uno y ve analizando los hechos o experiencias que los sustentan, desmonta todas las creencias que has identificado y reformula en positivo. Aquí te dejo el enlace a una ficha para trabajar tus creencias y visualizar de forma clara estos 4 pasos que convertirán tus creencias limitantes en oportunidades para crecer.
Es importante que las trabajes poco a poco. No se trata de terminar, en este caso no jejeje se trata de conseguir un cambio real y duradero en los mensajes que te das, en las ideas sobre las que tomas tus decisiones y, por tanto, en la vida que puedes llegar a construir.
Esta ficha y otras muchas relacionadas con el crecimiento personal y el autoconocimiento, estarán incluidas en mi próximo curso 14 CLAVES PARA TOMAR LAS RIENDAS DE TU VIDA. ¡Estoy deseando contarte todo! Si quieres recibir un aviso cuando salga y recibir toda la información, puedes apuntarte aquí a mi lista de aviso preferente.
Te adelanto que este curso incluirá por primera vez una sesión de atención completamente personalizada y, por tanto, las plazas serán muy limitadas. En cuanto abra el plazo de inscripción te cuento todos los detalles
Espero que este post te haya resultado interesante y te ayude a desmontar tus creencias limitantes. Y conoces a alguien a quien le pueda interesar, ¡¡no dejes de reenviarle este contenido!!
Un abrazo,
Sara