Para identificarlos, se puede atender a las sensaciones físicas que estamos experimentando, como pueden ser palpitaciones, sudoración, temblores, dificultad para respirar, sensación de ahogo, molestias en el pecho, náuseas, mareos, sensación de frío o calor, hormigueo, sentirse fuera de la realidad o de nosotros mismos, miedo a perder el control, miedo a morir… Todos estos son posibles síntomas que se pueden sentir, pero no por ello tenerlos todos a la vez, y cada persona lo vivirá de su forma particular.
¿Ataque de pánico o trastorno de pánico?
Uno de los tipos de los trastornos de ansiedad que comentamos que se puede tener, fue el trastorno de pánico. Entonces, ¿Cómo saber lo que estoy experimentando es un ataque de pánico o un trastorno de pánico?Cuando hablamos de ataque de pánico, nos referimos a un hecho aislado, mientras que el trastorno de pánico es algo constante, que se prolonga en el tiempo. Para tener un trastorno de pánico es necesario experimentar ataques de pánico, pero no a la inversa.
Si has vivido un ataque de pánico y a esto le sigue una preocupación por tener que vivir otro ataque o afrontar sus posibles consecuencias, o bien se produce un cambio en cómo nos comportamos en relación con estos ataques de cambio estamos hablando de trastorno de pánico. Por tanto, no se trata tanto de la cantidad de ataques de pánico que podemos experimentar, sino la interpretación e importancia que le damos a éstos.