Al practicar MindFulness se busca conseguir que la propia conciencia se relaje y no elabore juicios de emociones, sentimientos o pensamientos. Se trata de saber qué sucede en cada instante a través de la gestión de la atención. El Mindfulness consigue separar la persona de los pensamientos para poder reconocerlos y entender los patrones mentales, otorgando una gran importancia al aquí y el ahora mediante una atención total al momento presente. Esta práctica lleva no solo a conocer las propias conductas y patrones de comportamiento, sino también lleva a poder entender y comprender lo que otros están pasando y el porqué de sus conductas, por esta razón es que muchos psicólogos y psiquiatras se están comenzando a llenar de estos conocimientos para tratamientos.
Recientemente muchos estudios llevados a cabo por personal de salud en el área psicológica revelaron que practicar media hora de Mindfulness todos los días alivia significativamente los síntomas de trastornos como la depresión o la ansiedad. Además, se descubrió que la meditación centrada (procedente de la práctica budista de concentración en el presente y ausencia de juicios de valor) podía tener efectos positivos en la percepción que se tiene del dolor. Los resultados fueron validados incluso teniendo en cuenta el efecto placebo. Se reportó que el incremento del bienestar duró hasta seis meses luego de realizarlo.
También se ha visto que la meditación mejora la memoria, la capacidad de concentración, la autoconciencia y la inteligencia emocional. Además de que se asocia con el mejoramiento de los recursos del sistema inmune, así como también la mejora en la percepción de soledad en adultos mayores. Mindfulness es una práctica que puede ser realizado en personas de todas las edades, por lo que no es de extrañarse que comience a ser un tipo de tratamiento en asilos para ancianos e incluso tratamiento para adolescentes con este tipo de problemas.
Por todas estas razones se ha comenzado a utilizar el Mindfulness para mejorar trastornos mentales que no permiten al paciente tener una buena calidad de vida. A partir del autoconocimiento y el manejo de pensamientos y emociones se puede lograr construir una salud mental mucho más efectiva y duradera.