La gran ventaja del ejercicio físico es que nos permite hacerlo de muchas formas distintas. El abanico de posibilidades es tan amplio que no hay excusas para ejercitarnos de una forma u otra.
Y nos podemos ejercitar básicamente por dos motivos:
Como divertimento
Para estar en forma
Y en estas que nos aparecen dos dicotomías:
¿Trabajamos la fuerza?
¿Optamos por el trabajo aeróbico?
¿Tenemos que priorizar una de las dos? Aplicando el sentido común veremos que no es bueno basarnos sólo en una y que, mucho o poco, siempre deberemos tener en cuenta las dos variables: la fuerza y el componente aeróbico o resistencia.
¿Qué ocurre con el trabajo aeróbico?
El trabajo con ejercicio aeróbico es la base de toda condición física. Independientemente de nuestro objetivo, sería bueno tener antes una buena capacidad aeróbica. Para poder adelgazar, para ser más fuertes, más resistentes, más veloces... cuanta mayor capacidad aeróbica tengamos, más mejoraremos en las otras facetas.
Importante para tener esa base, pero para poco más. A no ser que queramos hacer carreras populares, marchas, travesías..., si simplemente buscamos estar un poco en forma, estar delgados, estar bien con nosotros mismos, no es recomendable basar nuestro entreno en el trabajo aeróbico. Corremos el riesgo de "sufrir" lo que conocemos como cardio crónico; tendremos un cuerpo muy resistente, pero que quemará cada vez menos y que lo más seguro sufra de las articulaciones por culpa de tantas y tantas horas acumuladas de ejercicio aeróbico (bien sea corriendo, yendo en bici...)
¿Y qué hay sobre el ejercicio de fuerza?
Es indispensable. Para hombres, mujeres, niños, ancianos...simplemente hay que adaptar los ejercicios a cada particularidad, pero el concepto fuerza debe de estar presente siempre en cualquier sistema de entrenamiento. Un cuerpo fuerte, eleva su metabolismo, quema más durante las 24 horas del día, nos evita lesiones, nos da más energía.
En resumen, consideramos importante tener una buena capacidad aeróbica como base a todo lo que podamos hacer después. A partir de esa base, podemos trabajar mejor la fuerza, requisito indispensable si queremos mejorar nuestro estado físico.
Y de la misma forma que decimos de no basar nuestros entrenos en el cardio crónico, eso no quiere decir que no podamos dedicar 1 o 2 días de cada 10, a hacer una entreno puramente de ejercicio aeróbico (salir a correr, ruta en bici, natación...). En este caso, obtendremos muchos beneficios, tanto para nuestro corazón, como para nuestros pulmones, como para ir manteniendo esa base aeróbica, pero nunca, repetimos, basaremos nuestros entrenos en la capacidad aeróbica.
Iñigo Junquera Landeta