Propio … quéééé? Esta es la reacción de mis pacientes cuando les digo que están en la etapa de la recuperación de su lesión en la que hay que comenzar a entrenar la propiocepción.
Estoy seguro de que muchos de vosotros no tenéis ni idea de lo que propiocepción significa. Bueno, es por eso que estoy escribiendo esta entrada del blog, para asegurarme de que os queda claro. Este es uno de mis temas favoritos y, por lo tanto, voy a intentar que sea una entrada entretenida, explicando todo de una manera sencilla y comprensible.
Hay dos maneras de hablar de propiocepción, con palabras extrañas (para profesionales de la salud) o con palabras normales (para el resto). Yo siempre prefiero palabras normales, ya que pueden ser entendidas por cualquier persona.
Palabras extrañas
“La propiocepción es el sentido que nos permite percibir la ubicación, el movimiento y la acción de las partes del cuerpo. Abarca un conjunto de sensaciones, incluyendo la percepción de la posición de las articulaciones y su movimiento, la fuerza muscular, y el esfuerzo. Estas sensaciones se originan de las señales de los receptores sensoriales en el músculo, la piel y las articulaciones, y señales centrales relacionadas con los estímulos motores. La propiocepción nos permite juzgar los movimientos de las extremidades y posiciones, fuerza, pesadez, rigidez y viscosidad. Se combina con otros sentidos para localizar objetos externos en relación con el cuerpo y contribuye a la imagen corporal. La propiocepción está estrechamente vinculada con el control de movimiento “. ~ Enciclopedia de Neurociencia.
Palabras normales (mis palabras)
Propiocepción es el sentido que informa a tu cabeza de dónde están las diferentes partes de tu cuerpo y sus movimientos. Aún más fácil, es el sentido que te permite saber dónde está una parte deteminada de tu cuerpo sin tener que mirarla. Nuestro cuerpo utiliza un sistema muy complejo para lograrlo. Voy a tratar de explicártelo de la manera más sencilla posible.
Tienes diferentes sentidos, ¿no?: la vista, el tacto y así sucesivamente. Bueno, la propiocepción es otro sentido. Analicemos la palabra un poco más en profundidad. La palabra “propiocepción” está formado por “proprius”, que significa “uno mismo” en latín, y “capere” que significa “tomar/obtener”. Pon estas dos palabras juntas y “voilà”, puedes definir la propiocepción como la percepción de uno mismo.
La propiocepción influye en nuestras vidas en cada momento del día, pero sobre todo en los movimientos deportivos difíciles, donde la coordinación es esencial. En realidad, la coordinación es el resultado del buen funcionamiento del sistema propioceptivo.
Henry Vandyke Carter [Public domain], via Wikimedia Commons
Ten en cuenta que no tienes un solo órgano de la propiocepción. En lugar de esto, todo el sistema nervioso se encarga de este sentido. El sistema propioceptivo consta de receptores llamados propioceptores que se encuentran en los músculos, la piel y las articulaciones. Estos propioceptores pueden, por ejemplo, sentir la tensión y estiramiento y enviar esta información al cerebro donde se procesa para decidir el comando (contracción o relajación) que debe ser enviado a los músculos, a fin de producir el movimiento deseado. Los neurólogos definen dos tipos de propiocepción: consciente, controlada por el cerebro, e inconsciente, controlada por el cerebelo.
Voy a explicar esto con un ejemplo. Imagínate que sales de fiesta y te emborrachas (muy fácil de imaginar, el fin de semana pasado mismo). Ok, ahora, mientras estás borracho, trata de tocarte la nariz con el pulgar derecho. Tres segundos más tarde tienes un ojo rojo. ¿Por qué ha pasado esto? Tu propiocepción es tan mala cuando estás borracho que acabas de meterte el dedo pulgar en el ojo. Este sería un ejemplo de la propiocepción consciente (imagínate que no estás borracho y haces lo mismo, sería aún más consciente).
Otro ejemplo es conducir. Basta con pensar cuántas cosas tienes que hacer cuando conduces y la realidad es que a veces vas a algún sitio y al llegar ni siquiera recuerdas haber conducido a través de algunos lugares y, por supuesto, no te das cuenta de que has movido las manos y los pies para conducir. En este caso, estamos hablando de propiocepción inconsciente.
Además, los propioceptores pueden producir reflejos protectores. Por ejemplo, el “reflejo de estiramiento” protege a los músculos y tendones de lesionarse, acortando la longitud del músculo cuando se estira demasiado y así evitando un desgarro muscular o tendinoso.
El consumo excesivo de alcohol es una causa frecuente de pérdida de propiocepción, pero hay muchos otros. Por ejemplo, los esguinces de tobillo o muchas otras lesiones relacionadas con el deporte te hacen perder propiocepción. Además, los pacientes que sufren un derrame cerebral ven afectados su equilibrio y coordinación y, por tanto, la propiocepción. Si estás en una de estas situaciones y pierdes propiocepción, serás más propenso a volver a lesionarte y/o caerte, al tener alterada la percepción de tí mismo.
La capacidad propioceptiva puede ser entrenada a través de ejercicios específicos, que son recomendables después de cualquier lesión. Una manera de mejorar tu propiocepción es, por ejemplo, hacer ejercicios sobre superficies irregulares e inestables, tales como el bosu (media esfera de plástico con aire en su interior) o plataformas inestables, con la supervisión de un profesional. Ver dibujo del bosu y ejemplo de ejercicio de propiocepción abajo.
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Lee esta entrada en inglés Propio…whaaat? de mi blog The Physical Therapy.
Fotos: Las tres primeras son de dominio público de Wikimedia Commons y Pixabay. La última es de Felix Schmidt (eigene Quelle) [CC0], via Wikimedia Commons
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