Vamos con orden y para empezar, aclaramos qué es el metabolismo basal.
El metabolismo basal es la energía mínima que el cuerpo necesita para estar vivo.El 70% de las calorías que ingerimos nos sirve para garantizar las funciones básicas de nuestro cuerpo.
El 10% del consumo energético se debe a la termogénesis, es decir, la absorción, digestión y asimilación de los nutrientes de los alimentos que ingerimos.
Finalmente el 20% es la cantidad de lo que comemos y que podemos quemar según qué actividades hagamos.
¿Qué ocurre en el organismo cuando empiezas a practicar ejercicio?
La contracción muscular durante el ejercicio físico se produce gracias a un proceso de transformación de energía. En esta transformación gran parte de la energía liberada se pierde en forma de calor o energía térmica; y el aumento de temperatura provoca diferentes reacciones metabólicas.
El cuerpo, al notar que tiene menos recursos para enfrentarse a un gasto imprevisto causado por el ejercicio físico, activa un proceso de adaptación.
Dicho proceso hace que se vaya creando más tejido, que se acumule más energía en forma de glucógeno almacenado en los músculos, que se retenga más agua. Poco a poco el musculo también aumenta su volumen y, con el, el tejido conectivo crece y se endurece debido a la actividad a la que el ejercicio le somete.
Por lo tanto el cuerpo, en este proceso de adaptación y con los recursos de los que dispone, usa sus reservas (generalmente hidratos de carbono y grasas) y trata de reforzarse para así enfrentarse al ejercicio físico.
¿Qué pasa cuando empiezo un régimen?
Pues los regímenes suelen ser restrictivos, las dietas hipocalóricas y muy a menudo híper-proteicas. Esto junto con la ausencia de la practica de ejercicio hace que perdamos peso – puede que muy rápidamente – pero en forma de líquidos y masa magra en lugar que masa grasa.
El cuerpo sí que se alarma frente a un régimen estricto porque, de repente, no dispone de todos los recursos que acostumbraba tener, distribuir, usar. Así que para defender tu supervivencia, disminuye su consumo energético y hace todo lo posible para no perder la grasa! Esto puede ralentizar hasta un 30% el metabolismo.
La termogénesis generada por la ingesta de los alimentos aumenta el metabolismo de un 8% y hasta un 16% hasta cuando está en reposo
Si comes tu metabolismo funciona mejor! Y si practicas ejercicio más aún. Cuanta más masa magra esté presente en nuestro cuerpo más rápido será nuestro metabolismo.
Dieta y suplementos naturales
Según lo comentado, hay que evitar hacer un régimen severo ni ser esclavos del calculo de las calorías. Es importante balancear a diario las cantidades de hidratos, proteínas y grasas (sanas) que ingerimos, prefiriendo alimentos saciantes, proteína vegetal, hidratos de carbono complejos y cuya aportación de fibra sea elevada.
Esto nos aportará también mucho equilibrio no solo a nivel orgánico sino también cerebral y anímico.
Si estás acostumbrado/a a consumir bollería, fritos, azúcar, alcohol, salsas, comida refinada, envasada, precocinada, en cuanto la elimines el resultado se producirá en seguida y cuerpo y mente te lo agradecerán.
Tomar un multinutriente para garantizar al cuerpo todas las vitaminas y minerales que, a menudo, no logramos aportarle a través de la alimentación, también ayudará a tu equilibrio y a tus procesos orgánicos. Existen también otros suplementos naturales que pueden ayudarte a acelerar el metabolismo, reducir la sensación de hambre, saciarte y calmarte.
Tanto la dieta como la suplementación es importante que no se elijan al azar sino que un especialista pueda asesorarte y a raíz de tus necesidades especificas en un momento determinado de tu vida.
Somos todos diferentes, con un estilo de vida distinto, capacidad de quemar energía también diferente, sometidos a más o menos estrés, con un funcionamiento orgánico que no es igual para todos. Así que, aunque existen criterios generales que se pueden aplicar a todo el mundo, igualmente el tratamiento debe ser personalizado.
¿Qué tipo de ejercicio puedes hacer para acelerar el metabolismo?
Hemos visto como un régimen causa la perdida de grasa y también de musculo. Por lo tanto practicar ejercicio nos evita disminuir la masa magra. Durante bastante tiempo se ha considerado que las actividades aeróbicas son las que nos permiten maximizar el gasto energético.
Este gasto energético se calcula cuantificando las calorías gastadas por unidad de tiempo, midiendo el consumo de oxígeno.
Ahora bien, es cierto que el gasto energético de la actividad aeróbica es superior al del ejercicio con pesas; y también es cierto que genera una perdida de masa muscular y una consiguiente disminución del gasto de energía en reposo. En cambio el trabajo con pesas aumenta tanto la fuerza como la masa muscular y disminuye levemente la cantidad de grasa relativa.[1]
El ejercicio con pesa es el que aumenta nuestro metabolismo basal, contribuye a la formación de masa muscular y por lo tanto, según todo lo explicado anteriormente, hace que quememos más calorías y durante más tiempo (lo dicho, no solo durante el ejercicio sino que en las 24/48 hrs siguientes).
Alternar tipos de entrenamientos
A lo largo de una semana es preciso variar el tipo de entrenamiento eligiendo:
entrenamiento a intervalos (combinar períodos cortos de alta intensidad y anaeróbicos con descansos breves de recuperación) – para perder peso, 3 veces por semana
entrenamiento con pesas (circuitos donde se trabaja tronco superior, tronco inferior juntos o por separado) – para incrementar la masa muscular, 2 veces por semana
entrenamiento aeróbico y cardiovascular de baja o mediana intensidad – se puede practicar y alternar tanto a los entrenos de alta intensidad como a los de pesas.
Además:
entrenar en ayunas (3/4 horas antes sin comer)
variar el tipo de entrenamiento es beneficioso para el cuerpo porque así tiene que utilizar músculos diferentes y de manera distinta, además de evitar que la persona se canse o se aburra. Y con el tiempo es importante incrementar la intensidad del ejercicio ya que el cuerpo se va acostumbrando y por lo tanto reduce el gasto energético
Menos es más
Tiene más efecto y durante más tiempo practicar ejercicio de forma continua unos 4/5 días a la semana – sesiones de unos 45 o 55 minutos de duración – que entrenar en los fines de semana 2 horas seguidas o bien una semana 2 días, otra 1, otra nada, otra 4 repitiendo siempre el mismo tipo de entreno. Descubre en este articulo los errores más comunes que se cometen a la hora de practicar ejercicio.
Paciencia y no estrés
Perder peso y ponerse en forma requiere un tiempo cuya duración y efectos varían a medida que nos hacemos mayores (más tiempo y menos efectos cuanto más mayores). Por lo tanto ten paciencia, perder unos 300 gr (o máximo 500gr) por semana es una cantidad más que suficiente para luego mantener tu peso ideal sin rebote.
El ejercicio te ayuda a descargar tensión, a liberar la mente, a mejorar tu estado de animo. Por lo contrario, el estrés no facilita para nada ni la perdida de peso ni mucho menos el bienestar.
Ven a nuestro centro de entrenamiento personal y terapias naturales, encontraremos la formula ideal para ti y tus objetivos. Envía un mail a sanate@sanate.info y nos pondremos en contacto contigo.
Te mereces ser feliz. No te desanimes y persiste en tu propósito aunque cuesto esfuerzo. ¡El resultado valdrá la pena!
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Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach
[1] Puntofape.com