Me daba un poco de cosa ver a mis hermanos y a mi madre que no podía hacer eso, que todo el rato estaba haciendo bizcochos y cosas para que mis hermanos pudieran tener el desayuno o la merienda preparada.
No sentía envidia, ¡yo podía comer de lo que ellos comían! Pero ellos no se podían no acercar a mis bollitos del desayunno, que por cierto, tenían pepitas de chocolate, era super blanditos... ¡Y no sé si es que ya no los busco, o que ya no los fabrican, porque no los he vuelto a ver!
Me acuerdo cuando entraba en una tienda de chuches, compraba las que me apetecían, sin tener cuidado por si podía o no podía comerlas... ¡Era perfecto!
¿De verdad a alguien le apetece tener tanto cuidado solo por capricho?
¿O es que como los alimentos sin gluten son más caros, hay gente que se cree que son mejores y decide comprarlos?
Conozco una señora, que hace años tenía una frutería. Me dijo una vez, que cuando las naranjas llevaban tiempo en la tienda y podrían ponerse malas, que no las ponía de oferta, porque no las compraría demasiada gente. Que lo que hacía era subirles el precio. Y que en dos o tres horas las vendía todas.
- En España, creemos que cuanto más caras sean las cosas, mejores o de más calidad son. Y no siempre es así Sandra-me decía-y aquí tienes la prueba.
¿Pasará eso con los productos sin gluten? ¿Será por eso por lo que cada vez más gente se apunta a nuestra dieta?
No sé, puede que también crean que es más sano, ¡pero si ellos no son intolerantes o sensibles! ¿Será igual de sano porque no les hace daño, no?
Creo que es una moda basada en los precios y en que piensan que la calidad y la salud estarán mejor cuidadas, y me temo que a su cuerpo, que no tiene ningún problema, ni le note!
¡Seguimos leyéndonos!