¿Te atormentan los pensamientos recurrentes?, ¿Cuántas veces has intentado eliminarlos?… para facilitarte las cosas iremos directamente al grano.
Si te ocurre alguna de las siguientes situaciones, este post es para ti:
No puedes eliminar de tu mente el pensamiento que deseas evitar.
Te sientes frustrado por repetirlo una y otra vez (pensamiento obsesivo: idea, preocupación, canción, concepto, etc.)
Estás angustiado y nervioso porque parece que no se detendrá nunca.
Cuando crees estar a salvo, el pensamiento recurrente regresa (¡y con más insistencia que antes!).
Un pensamiento recurrente es aquel que te viene a la cabeza una y otra vez, que empieza siendo un pensamiento casual y pasajero, pero en ocasiones pareciera que se queda atorado en tu mente y te genera malestar.
¿Por qué no puedo detener mi pensamiento?
Te propongo un pequeño ejercicio, durante los próximos 10 minutos
Intenta NO pensar en un elefante rosa, mientras te dices a ti mismo: “No pensaré en un elefante rosa, no pienso en un elefante rosa, no estoy pensando en un elefante rosa” y repítelo como si fuera un mantra. ¡Haz tu mayor esfuerzo!
¿En qué crees que acabarás pensando?… Si, adivinaste ¡en el elefante rosa! Así funcionan los pensamientos recurrentes. Pero ¿por qué?, revisemos su funcionamiento:
Intentar no pensar en “algo” es una incongruencia, ya que para lograrlo tendríamos que concentrarnos en aquello que deseamos evitar. Por lo tanto, terminaremos pensando en ello.
Impacto emocional: si además, se trata de pensamientos negativos, estos permanecerán más en nuestra mente ya que generalmente provocan emociones intensas.
Mensajes repetitivos: el pensamiento obsesivo es un mecanismo inconsciente, ¡está ahí para ayudarnos! pero provocamos el efecto contrario al intentar eliminarlo, por lo que intensifica su frecuencia y duración.
Ideas intrusivas: Cuando pasas un día sin tener ese pensamiento y de repente te acuerdas de que ya no lo has tenido, esta acción puede provocar que aparezca de nuevo y de manera cíclica.
Ahora mismo te estarás preguntando: “¿De qué manera puedo entonces eliminar mis pensamientos recurrentes sino es tratando de evitarlos?”, “¿cómo lidiar con ellos si rechazándolos aparecen con más intensidad?”.
Lo primero que debes saber para eliminar los pensamientos recurrentes que generan malestar, es lo opuesto a lo que comúnmente se cree: NO debemos rechazarlos.
Aunque parezca irónico, una de las peores cosas que podemos hacer es tratar de evitarlos. Ya lo dijo Carl Jung: “A todo lo que te resistes, persiste”.
Entonces, ¿qué es lo que tenemos que hacer para que gestionar estos pensamientos?
Existen algunas técnicas psicológicas sencillas que podemos llevar a cabo para lograrlo, pero antes de conocerlas es importante que sepas como se originan.
¿Cómo se origina un pensamiento recurrente?
Un pensamiento casual se convierte en recurrente en la medida en que al pensamiento casual le das demasiada importancia.
De hecho, la mayoría de las cosas que pensamos son chorradas, no tienen ninguna importancia, son cosas que simplemente nos pasan por la cabeza, pero si crees que es importante perdurará.
Por ejemplo, si tienes un mal día porque te ocurrieron cosas desagradables, como haber llegado tarde al trabajo porque hubo un accidente y demasiado tráfico, tuviste una discusión con tu pareja, etc.
Y comienzas a pensar: “vaya asco de vida tengo”, pero luego piensas que: “bueno la verdad es que hoy ha sido un mal día, pero eso no significa que tengo una vida asquerosa”.
Sin embargo, si empiezas a darle vueltas y pensar que no dejan de pasarte cosas malas, que menuda vida, que eres un miserable, le estas dando mucha importancia.
Por lo tanto, es más probable que cuando te vuelva a pasar algo malo, vuelvas a pensar: “vaya asco de vida tengo” y que este pensamiento se vuelva recurrente.
Esto puede suceder no solamente con este tipo de pensamientos sino también con otros más en los que pareciera que nos estamos autosaboteando continuamente.
Los pensamientos NO son la realidad
Cuando pensamos algo sobre cierta persona, objeto o situación, el hecho de que lo pensemos no significa que sea cierto, al igual que ocurre con nuestras creencias.
Por ejemplo, cuando somos pequeños y pensamos que Santa Claus existe, no significa que por creerlo sea verdad.
Para comenzar a gestionar los pensamientos obsesivos y que dejen de causar malestar, tienes que saber que tus propios pensamientos NO son la realidad.
Mike Holderness, un reconocido investigador británico, se ha dedicado a estudiar el número de neuronas en el cerebro y los efectos de las posibles interconexiones entre ellas.
En su estudio publicado para New Scientist, estimó que podemos generar alrededor de: 10 elevado a 80,000,000,000,000 pensamientos a lo largo de nuestra vida.
¡Supera el número de átomos existentes en el universo!
Por lo tanto, a diferencia de lo que solemos pensar, los pensamientos que tenemos todos los días (miles o cientos de miles) no tienen por qué determinarnos.
¿Te imaginas si te tomáramos en serio todos y cada uno de los pensamientos que tenemos al día?
Muchas veces tendemos a creer que lo que pensamos acerca de una determinada situación o de nosotros mismos es una realidad absoluta y así lo vivimos.
Por ejemplo, si los pensamientos que tuviera normalmente son del tipo: “que miserable soy”, “mi vida es un asco”, “soy un desastre”, etc.
¿Cómo crees que me sentiría? Seguramente tendría el ánimo por los suelos. Ahora piensa, ¿qué sería de mi si los tuviera de manera continua?
Te aseguro que estaría predispuesta a pasármelo mal todos esos días que tuviera ese tipo de pensamientos.
Si vivieras vinculándote con la mayoría de tus pensamientos experimentarías una serie de altibajos emocionales impresionantes que no te dejarían vivir tranquilo jamás.
Entonces, sino somos nuestros pensamientos, ¿qué somos? En el mundo de la meditación se utiliza mucho esta metáfora para aprender a desvincularnos de nuestros pensamientos.
Nosotros somos como el cielo que cumple una función de observador de lo que ocurre en él. Las nubes pueden ser blancas, grises, más oscuras o más claras, pueden ir cagadas de agua, etc.
Sin embargo, el cielo no, el cielo siempre permanece igual, estático y azul, no cambia a pesar de la gran cantidad de nubes que transitan todo el día por él.
Pensamientos negativos recurrentes ¿Cómo nos afectan?
No es lo mismo pensar de forma recurrente en el elefante rosa, a pensar que algo terrible está a punto de sucedernos.
Las ideas negativas no nos afectan por el hecho de tenerlas, sino más bien porque terminamos creyéndonos aquello que pensamos.
Pueden llegar a ser muy dañinas en el bienestar emocional cuando nos dejamos dominar por ellos y nos empiezan a generar emociones molestas y negativas.
De hecho, los pensamientos recurrentes negativos están a la base de muchos trastornos que afectan a nuestro bienestar psicológico:
En trastornos de ansiedad: Suelen ser pensamientos de: “esto a va a salir mal”, “no tengo tiempo para nada”, “y si…”, “será un desastre”, “tiene que estar todo perfecto”, etc.
En trastornos del estado de ánimo. Quienes intentan superar una depresión suelen tener pensamientos como: “no sirvo para nada”, “soy un inútil”, “la culpa es mía”, “la vida es un asco”, “la vida no tiene sentido”, “ya todo da igual”, “no quiero vivir”, etc.
En trastornos de alimentación. Como la bulimia, la anorexia son pensamientos de: “soy feo, horrible”, “doy asco”, “esto me hará engordar”, “quiero ser como él/ella”, etc
Por esto es importante prestar atención a este tipo de pensamientos ya que a veces podemos mantenerlos incluso de manera inconsciente.
¿Te has preguntado qué tipo de pensamientos sueles tener con mayor frecuencia en tu día a día?
Tal vez es momento de comenzar a prestar atención a ellos y darte cuenta de que manera están influyendo en tus emociones y en tus acciones.
¿Te dejas llevar por ese tipo de pensamientos?, ¿qué tan en serio te estás tomando esos pensamientos?, ¿te vinculas con ellos fácilmente?
5 pasos para eliminar pensamientos recurrentes
Presta atención a lo que realmente importa, es decir, a la actividad que estás haciendo aquí y ahora.
Identifica y etiqueta el pensamiento recurrente que estás teniendo. Has conciencia de que estás teniendo un pensamiento obsesivo o recurrente y en tu mente etiquétalo como tal: “pensamiento recurrente” o “pensamiento obsesivo”.
Déjalo estar. Normalmente cuando somos conscientes de que tenemos este tipo de pensamientos nos enfadamos con nosotros mismos y ahí comienza nuestro malestar.
Por lo que ahora simplemente no vas a hacer nada, obsérvalo como el cielo a las nubes, sin enfado y con aceptación.
Ejercicio de respiración. Para ayudarte a neutralizar ese pensamiento y que no termine por enfadarte puedes ayudarte con un ejercicio de respiración.
De hecho, en cualquier lugar y momento puedes optar por respirar muy lenta y profundamente y exhalar por la boca lentamente.
Asegúrate de hacerlo tranquilamente y esperar por lo menos 10 segundos entre una respiración y otra. Este ejercicio es excelente para el manejo del estrés y gestionar las emociones.
Continúa con lo que estabas haciendo. Sigue haciendo la actividad que llevabas a cabo antes de tener ese tipo de pensamiento, sin enfadarte ni en redarte con él.
Enfócate en el momento presente. Recuerda que lo único importante que existe es el momento presente.
Así que cada vez que tu mente quiera desviarte hacia el pasado, futuro o comiences a tener cualquier tipo de pensamiento obsesivo, déjalo pasar con aceptación.
Pensamientos recurrentes, obsesivos y perturbadores
Casi para finalizar este post, quisiera hacer hincapié en un aspecto muy importante acerca de un tema que no suele tocarse muy seguido, pero que estoy segura que el hacerlo puede ayudar a muchas personas.
Existen algunos pensamientos recurrentes que pueden ser aterradores o causar mucha vergüenza a quien los tiene, al grado de llegar a pensar que es una persona sumamente mala o que tiene un grave problema.
Estos pensamientos generalmente suelen estar relacionados con lo siguiente:
Hacer daño a otra persona o personas
Pensamientos con contenido sexual
Hacerse daño a uno mismo
Pensamientos obsesivos relacionados con la suciedad y la limpieza
Contenidos bizarros
A pesar de que a la gente este tipo de pensamientos suelen preocuparles y causarles mucha vergüenza, debes de saber que son más frecuentes de lo que parecen y tienen la característica de que realmente no nos identificamos con ello y son ajenos a nosotros.
Es decir, puedes llegar a tener este tipo de pensamientos alguna vez sin estar deprimido o tener algún otro tipo de trastorno mental y es por esta misma razón que no te terminas de identificar con él ya que no sientes para nada que quieres hacer eso que piensas.
Los psicólogos solemos encontrarnos con personas que tienen en algún momento este tipo de pensamientos. Algunos de ellos pueden ser los siguientes: “tener ganas de saltar por la ventana”, “querer golpear e incluso asesinar a otra persona”, “cometer un robo”, etc.
¿Qué hacemos con este tipo de pensamientos?
Si este tipo de pensamientos no tienen nada que ver con nosotros y a pesar de saberlo nos generan malestar. Podemos seguir estos 3 sencillos pasos para gestionarlos:
Recordar que tu NO eres tus pensamientos: Despégate un poco de ese pensamiento sabiendo que no eres tú y que es un simple pensamiento pasajero.
Trata de estar tranquilo(a) recordando que no te va a pasar nada, aunque lo tengas en ese momento.
No alimentar ese pensamiento: Deja de poner toda tu atención hacia ese pensamiento, simplemente date cuenta de que en este momento lo tienes, recuerda que es un pensamiento y déjalo ir sin darle mayor importancia.
Busca ayuda psicológica: Si estos pensamientos se presentan de forma persistente en tu día a día, aunque no sean algo grave, es recomendable que consultes con un profesional ya que puede existir algún problema de fondo relacionado con la ansiedad, depresión, algún trastorno obsesivo, entre otros.
La terapia y las ideas recurrentes negativas
Sin duda, los pensamientos intrusivos, sobre todo sin son negativos alteran nuestro estado de ánimo y si nos dejamos llevar por ellos pueden determinar cómo nos sentiremos durante el día.
Por lo que si estás comenzando a considerar en asistir a terapia psicológica y te gustaría saber cómo vas a trabajar este tipo de pensamientos, te comentaré como lo hacemos desde la Terapia Cognitivo Conductual.
Una de las mejores metodologías que usamos en la Terapia Cognitivo Conductual se llama: Reestructuración cognitiva.
Podéis visitar el artículo: ¿Cambiamos el chip? La reestructuración cognitiva en donde hablo con mayor detalle sobre ella.
La reestructuración cognitiva es una técnica que se utiliza básicamente para identificar los pensamientos negativos e irracionales y modificarlos por otros más positivos y objetivos.
Esto se logra mediante el diálogo y la orientación constante del psicólogo y la finalidad es que la persona pueda adoptar nuevas ideas y creencias que no le perjudiquen.
Aviso a navegantes: combatir un pensamiento no es un camino de rosas, es complicado, y más si éste se encuentra muy arraigado y ya convive con nosotros.
Se empieza por tomar conciencia de que realmente no es un hecho, sino que es nuestro pensamiento, y que sólo nosotros podemos llegar a dominarlo.
Consulta la publicación original: "" de Ayuda Psicológica en Línea.