En la siguiente entrada te brindaremos diferentes estrategias para que puedas, de manera efectiva, detener las obsesiones y los pensamientos que son recurrentes y que de una manera u otra te generan sufrimiento. Así podrás conseguir una muy buena paz mental.
Vamos a comenzar a darte un claro ejemplo, si tienes temor a estar enfermo o tienes miedo de contagiarte de algo puedes obsesionarte con la limpieza y evitar estar en sitios públicos. Algunas personas en las que el temor es profundo pueden llegar a provocarse lastimaduras en las manos de tantas veces que se la lavan al día.
Después de lavarse las manos aparecerá una calma que solo es momentánea e, inexorablemente, volverá a aparecer la angustia y la ansiedad. Podría estar sucediendo que el inconsciente te esté enviando falsos mensajes o mensajes que podrían tener diferentes significados dentro de un mismo pensamiento obsesivo.
Continuando con el ejemplo anterior podremos estar frente a un caso en que existe una obsesión por la limpieza, que termina generando culpa o algo que es difícil de aceptar. En el caso de que el miedo sea totalmente inconsciente por más que la persona se lave y se lave las manos el problema de base continuará. De ahí la importancia de tratar siempre las causas.
Para poder tratar los pensamientos obsesivos se tendrán que conocer las causas que llevan a tener este malestar emocional y sobre estos pensamientos obsesivos, una buena idea es trabajar desde ese punto. Si con el paso del tiempo no se puede superar la problemática lo ideal es consultar con un profesional en la materia.
Un punto clave es conseguir romper el círculo vicioso de la obsesión. Cuando se empieza a tener este tipo de obsesiones se podría estar empleando una lógica correcta para responder a preguntas equivocadas. Lo que lleva a perderte entre pensamientos buscando intentar controlar esta realidad angustiante de manera racional.
Para poder romper el círculo, además de tratar de descubrir el origen de los pensamientos será necesario profundizar en las causas que los provocan, así se podrá comenzar a tratarlos y superarlos.
Se tendrá que enfocar la atención de una manera voluntaria hacia otras cosas, así se podrá comenzar a desviar el pensamiento que molesta sin perder energías ni poner en peligro la serenidad. Una buena medida sería comenzar a practicar meditación o practicar mindfulness. Este tipo de actividad serán de mucha ayuda a la hora de tomar distancia de los pensamientos y despegarte de lo que genere ansiedad o malestar.
Deja de lado la frase ‘no quier pensar en..’ Cuantas más veces digas que no quieres pensar en determinado tema la respuesta inmediata del cerebro será pensar en eso. Es muy importante poder cambiar el enfoque y la atención para otras cosas. El mindfulness y la meditación van a ayudarte a dirigir de manera consciente la atención hacia algo que te atraiga, puede ser una actividad o una conversación con alguna persona, cambiar el contacto físico o poner el foco en algo más positivo.
Lo que te pasa podría imaginarlo como una balanza, si se pone toda la atención de un lado existirá un desequilibrio, pero si la atención se reparte aparecerá un equilibrio. Esto ayudará a equilibrar los pensamientos y descubrir un gran bienestar emocional.
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