Según la psicóloga Ángela Córdoba: “Para las personas que padecen Trastorno Obsesivo Compulsivo está siendo muy difícil afrontar las consecuencias del coronavirus”. Actualmente nos encontramos ante un contexto social en el que la higiene es primordial para evitar un contagio por el covid-19. Tanto profesionales sanitarios como organismos de gobierno nos están dando pautas referentes a evitar el contagio. Por ejemplo, debemos lavarnos las manos de forma minuciosa, dedo a dedo, debajo de las uñas, si tocamos algo volvérnoslas a lavar, no tocar nuestro rostro con ellas, usar gel desinfectante
Igualmente nos dan pautas para evitar el contacto social, no darnos la mano, no abrazarnos, no besarnos porque podemos propagar el virus a través de las pequeñísimas partículas de saliva que generamos al hablar, al toser o estornudar. Estas partículas podrían introducirse a través de nuestra nariz y boca y podríamos contagiarnos.
Además, nos piden que desinfectemos continuamente superficies donde vayamos a comer, cambiarnos de ropa, limpiar pomos de las puertas, si vamos a comprar o salimos de casa usar guantes y mascarillas
Todo esto es información de cara a protegernos, son recomendaciones basadas en evidencias científicas, pero …
¿Cómo afecta el coronavirus al Trastorno Obsesivo Compulsivo o Trastorno de Evitación Experiencial?
En un Trastorno Obsesivo Compulsivo y Ansiedad por contaminación, priman pensamientos del tipo “voy a contaminarme” “va a ocurrir algo tremendamente malo” “tengo que hacer algo por evitar que esto pase” esto serían los pensamientos de tipo obsesivo que conllevarían a conductas compulsivas de diverso tipo orientadas a evitar experiencias relacionadas con la ansiedad.
Por ejemplo, conductas de comprobación del tipo: búsqueda continua de información en internet, medios de comunicación, preguntas a la familia, rituales de limpieza para evitar contaminarse aún no habiendo ningún tipo de virus amenazante, compras compulsivas
Suena muy parecido a lo que está ocurriendo en nuestro contexto actualmente. Las noticias o la información que se nos proporciona continuamente, de modo preventivo, pueden desencadenar episodios de ansiedad extrema en personas con este problema. Puede existir una gran preocupación añadida para no contraer el coronavirus, estar continuamente comprobando si se tienen los síntomas, aumentar las conductas de higiene que ya existían anteriormente, así como síntomas físicos de la ansiedad como mareos, dificultad para respirar y sensación de ahogo o palpitaciones.
Recomendaciones de cara a los pacientes con Trastorno Obsesivo Compulsivo para afrontar el coronavirus:
Aceptar que los pensamientos desagradables del tipo “voy a contagiarme” van a estar presentes pero que no tienen por qué conllevar a la conducta compulsiva. No podemos evitar tener pensamientos, pero sí realizar la conducta compulsiva.
Realizar un análisis de los costes de la ansiedad Es decir, anotar a qué cosas hemos renunciado hoy por haber intentado reducir los síntomas de la ansiedad con conductas de comprobación, por ejemplo, leer un buen libro, disfrutar de la familia, preparar una receta de cocina que nunca tenemos tiempo de hacer Esto son cosas a las que estamos renunciando si empleamos nuestro tiempo a evitar sentir ansiedad.
Hacer caso a nuestra experiencia más que a nuestro pensamiento. Es decir, mi pensamiento desagradable me dice que “si no me lavo las manos con mucha más frecuencia voy a contagiarme” sin embargo mi experiencia me dice que esto me lleva a una menor disposición a tener los síntomas de la ansiedad y por tanto a que esta sea cada vez más intensa y tener un mayor repertorio de conductas compulsivas.
No hacer pautas de higiene por nuestra cuenta. Ciñámonos a las pautas que nos dan los profesionales sanitarios en cada momento y no más. Sabemos que, en este caso, las personas que presentan ansiedad por estos motivos sienten agobio cuando escuchan las palabras “lavarse las manos con frecuencia”.
Generalmente “con frecuencia” no es un número determinado y dependerá de la interpretación de cada persona. Basémonos en este caso, de nuevo, en nuestra experiencia para no validar nuestros pensamientos desagradables. Es decir, si surgen pensamientos del tipo ¿lo habré hecho durante suficiente tiempo? ¿Lo habré hecho bien? Reconozcamos que se trata de un pensamiento desagradable, dejémoslo ir y por supuesto no emitamos aquella conducta favorable a que aparezca de nuevo.
No mirar continuamente ni buscar información adicional sobre cualquier tema relacionado con este virus. Se recomienda no buscar información en internet, ver los informativos no más de dos veces al día y por periodos cortos de tiempo.
Aceptar que vamos a sentir incertidumbre. Tanto no saber si son suficientes las medidas que tomamos para no contagiarnos o contagiar o no saber hasta cuándo durará esta situación puede generarnos sensación de incertidumbre. Si aceptamos que esto será así y estamos dispuestos a tolerar que habrá muchas incógnitas nos será de gran ayuda para que la ansiedad aparezca con menor intensidad en cualquier brote.
Pensar en el aquí y ahora rodeados del contexto en el que nos encontramos. Es decir, si pensamos continuamente en un futuro nos perderemos el momento presente y abrirá la puerta a más pensamientos desagradables.
Permitirnos estar mal en determinados momentos. No seamos tan estrictos con nosotros mismos en este sentido, es normal tener miedo en estas situaciones, es normal sentir incertidumbre, es normal sentirse agobiado en una situación de confinamiento. No luchemos en contra nuestra. Aceptemos la situación y aceptemos que podemos equivocarnos. Pero, sobre todo, aceptemos y afrontemos nuestro presente para poder sobrellevar el futuro.