Algunas personas deciden iniciar una terapia psicológica para superar el pensamiento negativo cuando este pesimismo se convierte en un punto de bloqueo habitual en la rutina y en causa de sufrimiento constante. Las personas que tienden al pensamiento negativo pueden sentir tristeza habitual, tener dificultades en las relaciones personales, además de tener una autoestima baja ya que también se boicotean a sí mismas en la consecución de metas profesionales.
Aprender a pensar en positivo
Iniciar una terapia psicológica para superar el pensamiento negativo recurrente es una decisión de inteligencia emocional que toma aquel que reconoce que necesita ayuda para superar esta dificultad emocional que no puede afrontar por sí misma.
El pensamiento negativo frecuente suele estar vinculado con otro tipo de barreras como el miedo al fracaso, la sensación de poca valía personal, la queja tóxica y la actitud de creer que las cosas buenas solo pueden pasar a otros.
El pensamiento negativo puede estar vinculado incluso con la depresión. Por otra parte, gracias al contexto de la terapia psicológica el paciente puede aprender a identificar en qué tipo de situaciones tiende a experimentar estos pensamientos negativos, qué hechos se producen y qué reacción interna surge. Gracias al proceso de aprendizaje de la terapia, el paciente adquiere un mayor nivel de conocimiento, descubre que puede responder con nuevos recursos a situaciones que no son únicamente de un color.
Consejos para hacer terapia psicológica
1. Conviene asumir la responsabilidad de cambio en primera persona. Es decir, el terapeuta es un referente de ayuda pero nadie puede realizar el proceso por ti. El cambio es totalmente personal.
2. Llega con puntualidad a cada sesión de la terapia para aprovechar mejor el tiempo y comenzar cada jornada con más tranquilidad. La impuntualidad produce estrés y ansiedad.
3. Comparte con las personas que tú quieras tus logros en la terapia y tu compromiso asumido con esta decisión. Eres libre de decidir con quién quieres compartir esta información de tu vida personal y con quién no quieres hablar del tema.
4. Anota en un cuaderno aquellas cuestiones que te gustaría tratar con el terapeuta en la próxima sesión y que no quieres que se te olviden. Cuando una persona realiza una terapia psicológica incrementa su nivel de reflexión, se hace más preguntas, observa más, piensa más en aspectos que antes podían pasar inadvertidos. Y en ciertos momentos, también muestra una nueva mirada de la realidad. Por esta razón, la escritura puede ser una buena herramienta para realizar un seguimiento del proceso y tomar conciencia de aspectos intrnos. Es decir, la escritura ayuda a poner las ideas en orden.
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