Una de las cosas que más me gustan para mis desayunos es comer algo casero que tenga preparado del día anterior. De hecho ya sabéis que me encanta tener cositas congeladas para tener cada día listo :) Como también hice con el Irish soda bread.
Después del Pan integral de plátano y semillas, me entraron más ganas de experimentar; y ¿qué mejor que el boniato que está en temporada y más dulce que nunca?
Este es un pan todavía menos dulce que ese pero con una fórmula muy parecida. Los hago así, sin el formato clásico de pan (levado, amasado, fermentado...) porque para mí es mucho más cómodo y queda buenísimo. También es un poco más húmedo y compacto que el de plátano.
Me interesa un pan rápido de hacer, sano y rico y estos son geniales. Y además veganos <3
Los congelo cortados y cada mañana tuesto una rebanada en la tostadora y la unto con cremas de frutos secos. Así me encanta.
Ingredientes:
180 gr. de harina de trigo integral
30 gr. de avena
70 gr. de harina de garbanzos
1 sobre de levadura química y 1 cdita. de bicarbonato
Una pizca de sal + 1 pizca de canela
3 cdas. de azúcar de coco, panela o azúcar de caña integral
Semillas al gusto: yo de girasol, de sésamo, de chía, de lino, de amapola y de calabaza, e incluso pasas o frutos secos
1 cda. de AOVE
250 ml. de bebida de soja + 1 cda. de vinagre blanco o de manzana
350 gr. de puré de boniato cocido (1 taza y media: menos de un boniato grande)
Con crema de cacahuete casera, con trocitos, una de las mejores.
Preparación:
Precalentar el horno a 180ºC.
Juntar la bebida de soja con el vinagre y dejar reposar 5 minutos sin moverlo.
Mientras en un bol grande mezclar todos los sólidos e incluso una parte de las semillas si también queréis que tenga trocitos en la masa.
Añadir el puré de boniato a los sólidos, junto con la mezcla de bebida de soja y el AOVE. Incorporar todos los ingredientes con una espátula justo hasta disolver la harina, sin batir en exceso.
Verter la masa en un molde engrasado o forrado y colocar el resto de semillas y frutos secos por encima.
Lo ideal es dejar reposar la masa en la nevera una hora mínimo, pero horneando directamente también sale bien. Sin embargo, si tenéis tiempo os lo recomiendo, la diferencia se nota.
Hornearlo 20 minutos con calor arriba y abajo, entonces abrir el horno y taparlo con papel de plata para que la superficie no se queme y hornear 25 minutos más a la misma temperatura.
Y feliz jueves, ¡que ya queda poco!